27

3.6K 313 150
                                    

Pero yo no iba a ser esa tonta a la que puede dejar semi desnuda en el sillón, no claro que no. Me levante y camine hacia la cocina, se encontraba de espaldas tomado agua.

— ¿Ya te vestiste?

— No vas hacer eso otra vez.

Se estaba por dar la vuelta, pero me pegue a su espalda, ahora seria yo la que tenga el control de la situación, con mi mano derecha comencé acariciar su cabello, mis labios fueron directos hacia su cuello logre ver como cerraba los ojos, intento mas de una vez en girarse, pero la seguía teniendo bajo mi fuerza.

Comencé a desabrocharle la camisa que cubría su dorso, dejándola en brasear, la giré para que mi mirara, tenia los ojos profundos y obscuros. Me arrodille y me deshice de aquella falda pegada al cuerpo y me permití observarla, le quite los zapatos para que dejara de ser más alta y estuviera a mi altura.

— ¿Me lo harás aquí? —pregunto en susurro y con la respiración agitada. Negue, enredo sus dedos en mi mano y me guio con cuidado por toda la cocina, las extensas escaleras que nos llevarían a la habitación, se me hicieron bastante cortas. Una vez dentro, empujo mi cuerpo con cuidado hacia la cama y se subió encima de mi. Aquellos labios arrasaron con ferocidad los míos, su lengua daba un recorrido por mi cavidad bucal, deslice mis manos por su cintura y la gire con fuerza. 

— Me toca —susurre, la expresión en su rostro era un tanto asustadiza, pero aun así asintió. 

Desprendí con facilidad su brasear, este se deslizo por sus hombros y lo arroje a un lado de la cama, sus dedos largos subieron por mi espalda, hacían presión en cada toque y buscaban con desesperación el desprendedor de mi ropa interior.  Se me quedo viendo, mordió su labio y subió sus ojos a los míos. Resbale mi lengua por el contorno de su mentón, baje un poco y con la punta de mi nariz acaricie la piel de su cuello, tomando partido de un camino de besos mojados. Ambos pezones se encontraban erguidos y se endurecieron aún más cuando mi lengua decidió lamerlos con cuidado. Hice círculos al borde de estos, con mi mano me encargue de apretarlos con suavidad y delicadeza, provocando suspiros inadvertidos de su boca. 

Los besos bajaron aun más, su abdomen estaba demasiado vacío y necesitaba ser llenado de besos, caricias, de mi. Cerré mis ojos, era un deleite sentir el aroma de su piel, tocar con mis manos la suavidad de esta y con mi lengua firmar un contrato para toda la vida. Las yemas de mis dedos llegaron al borde de su ropa interior, una braga violeta con unas pequeñas flores de encaje. 

Me arrodille para quitar suavemente la tela que cubría su feminidad de mí y las deslice por sus blancas y suaves piernas. Antes de que mi lengua conozca la felicidad Wilhemina me detiene cerrándome las puertas del cielo en la cara.

— ¿Qué sucede? —Pregunte preocupada.

— Te molesta si te digo que yo no... —Nunca se me paso por la cabeza algo así, nunca lo pensé y si tenia sentido, tenia todo el sentido del mundo.

— No me molesta. —Le dije y deposité un pequeño beso en sus labios. —Cuando estés lista. —Comente y estaba dispuesta a levantarme y buscar su ropa.

— Estoy lista ahora. —Dijo atrayéndome hacia ella. —Quiero que sea aquí y contigo... —susurro al chocar su frente con la mía.

Sus labios buscaron los míos en un beso y se los di, ella me estaba dando algo suyo algo que jamás creí que existía en ella. Sus piernas se enredaron en mi cintura acercándome a su feminidad, como pude me quité las bragas para no lastimarla con la tela de mi ropa interior y comencé a moverme lentamente sobre ella, sus brazos estaban enredados en mi cuello y sus labios se estaban perdiendo con los míos, podía sentir el placer que Wilhemina sentía.

Más Allá De NosotrasWhere stories live. Discover now