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—¡Mierda! —exclame al ver la sangre correr por mi frente, me sostuve de la puerta al notar que mis ojos comenzaron a nublarse y me quede quieta en un intento de no desmayarme.

—¿Estas bien? —pregunto Wilhemina sosteniéndome, intente subir una de las caja que contenía libros al estante que se encontraba debajo de la escalera, pero al intentar hacer puntita de pie este se me vino encima con madera y todo. Justo ahí, en mi frente, corrí a Wilhemina de mi camino y caminé hacia el baño para verme. Una gran L decoraba de manera elegante mi frente, ¿Qué más podía pasar en el día?

—Estoy bien —le conteste de muy mala manera a Wilhemina, quien intentaba cubrirme con una servilleta mi golpe, se me quedo mirando y al instante me di cuenta que le grite. —Lo siento —conteste apenada y esta bajo la mirada de inmediato.

El timbre de la puerta sonó y fue la escusa perfecta para retirarse del baño, estuve todo el día hablándole mal y disculpándome cuando me daba cuenta. Se que así no deberían ser las cosas, pero el estrés que carga mi cuerpo está convirtiéndome en un monstruo y no soy así, no soy mala. Termine de limpiar mi herida y coloque dos banditas encima de esta, para que no se abriera y no quedara una fea cicatriz.

—¿Cómo estás? —pregunto su madre cuando me vio acercarme al living.

—Muy bien ¿Usted? —Venable murmuro "No parece" cuando paso por mi lado y la mire de inmediato.

—Bien, estoy emocionada por su boda, aunque Mina me dijo que pospondrán la fecha —mis ojos se clavaron de inmediato en su rostro, ella no me miraba, sus mejillas estaban ardiendo del color rojo y aquello me había dejado petrificada, pero actúe de inmediato.

—Si, así es. —conteste y mire a la madre de Wilhemina —Hay algunos preparativos que tenemos que cambiar —agregue, pero esta vez la mire a ella, quien no levantaba la vista de la su taza de café. —Bueno, voy a retirarme, un placer verla

—Igualmente, cielo —contesto con una sonrisa y me salí de la casa, antes de subir al auto Venable me detuvo.

—¿A dónde vas? —pregunto y volvió a cerrar la puerta del vehículo, quería pelear al parecer y yo estaba que ardía por lo de recién, así que eso obtendría.

—Iré a lo de mi madre, luego pasare por el salón para cambiar la fecha... porque al parecer mi prometida así decidió que sucedería y yo soy la ultima en enterarme esto. —conteste molesta, me cruce de brazos y quite mi vista de su cara. Justo ahora lo que menos quería hacer era mirarla.

—Quería decírtelo esta mañana, pero estabas de muy mal humor cuando te levantaste y lo lamento en serio, pero no encontré la forma, ni el momento de decirlo

—Ah ¿Y en que momento creíste que recibiría la noticia mejor si tu madre me lo decía?

—No, no quería que lo supieras así. —intento tomar mis manos, pero las solté y fue inevitable no ocultar mi enojo.

—Wilhemina... —musite y di un paso al frente, mi dedo índice señalo su pecho. —Estamos aquí, porque tu quisiste y porque así querías que sucediera. ¿Qué diablos te pasa? —su cuerpo quedo paralizado, mi espalda se encontraba recta y eso me hacia parecer un poco mas alta. —Que conste que esto fue tu decisión. —abrí la puerta del auto y Venable me tomé del brazo.

— No te vayas...

—Volveré en la noche cuando mi cabeza no este buscando maneras para asesinarte y hablaremos sobre todo esto.

Arranqué el vehículo y salí de ahí, de ese lugar porque estaba a punto de estallar, no quería llorar más, pero Wilhemina me estaba volviendo loca. ¿Qué clase de psicópata es? Era mentira que iría a lo de mi madre, lo que necesitaba en estos momentos era un buen trago y perder el resto del día en algún bar de mala muerte.

Más Allá De NosotrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora