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—No lo necesito —conteste, mientras terminaba de picar la cebolla. Su mano se posiciono sobre la mía y mi fuerza fue absorbida por sus manos tal delgadas y suaves. Su respiración toco mi cuello desnudo, los vellos de mi piel se erizaron y mi cabeza no podía conectar fuerzas para seguir haciendo lo que hacía.

—Quítate. —ordeno no de una manera muy amable. y como si fuera su maldita perra me corrí, me coloque a un lado totalmente desconcertada y observando sus acciones. Dejo su bastón a un lado y en unos minutos ya tenia todo picado. —Mas rápida que tú —susurro burlona y se sentó en el taburete de la mesada para seguir observándome.

Coloque agua para los fideos, pero estaba nerviosa, sentía su maldita mirada en mí, estoy bajo la vigilancia de una psicópata y sospecho que cualquier momento me asesinara. Mi celular sonó, lo saque del bolsillo trasero en la pantalla aparecía el nombre de mi madre.

—Mamá, ¿Cómo estás? —David entro a la cocina acompañado del muchacho de la fiesta, el hermano de Venable. —Revisa la salsa. —le dije a David y me retiré hacia el jardín de en frente.

—¿Muy bien hija y tú? Yo y tu padre te extrañamos. —la noche estaba fría, las palabras de mi madre me habían provocado una nostalgia increíble, necesitaba volver a estar con ellos.

—Bien, también los extraño...¿Piensan tomarse un avión? —dije chistosa y mi madre rio desde la otra línea.

—Tu padre esta preparando algunas cosas y si todo sale bien a fin de año podremos estar con ustedes.

—Eso espero. —me senté sobre el escalón de la entrada, mientras escuchaba como mi madre me contaba como estaba todo allá, me hablaba sobre la abuela que tenia ganas de venir a vernos y demás. Mi vecina de enfrente llego un poco enojada a su hogar por la forma en la que aparco el auto y el portazo que le dio a la puerta.

—Bueno hija, te voy a dejar, oí que estas cocinando. —su risa del otro lado me hizo reír.

—David me obliga, se aprovecha de mis servicios.

—Jajaja eres una gran cocina de igual forma, buenas noches bebé.

—Buenas noches mamá, saludos a Papá.

Ella colgó la llamada y no tenia ganas de volver a entrar, solo un segundo más. Necesitaba aspirar el olor de la noche, un cierto olor a lavanda y carne asada. Alguien estaba recibiendo la semana con buen gusto.

Entre nuevamente.

—La salsa esta casi lista. —Wilhemina me extendió una cuchara con un poco de salsa, era cierto unos minutos mas y estaba lista.

En medio de la cena compartimos muchos recuerdos, conocí a Víctor, todo lo contrario, a su hermana, el sí tenía corazón y sentimientos. Se notaba lo mucho que quería a David, en ciertos momentos el aprovechaba para darle pequeñas caricias a sus manos. Wilhemina debes en cuando compartía alguna que otra palabra, creo que le incomoda el hecho de estar presente ante una de sus alumnas y le aterraba que yo viera su otro lado no profesional. La entendía, claro que la entendía. En cambio, mi hermano Luciano, no paraba de hablar y Víctor se reía demasiado con todo lo que este idiota decía.

— Y tu Olivia ¿Estas en una relación? —Pregunto aquel ser tan curioso, esa pregunto capto la atención de Venable de inmediato y sus ojos miraron los míos esperando una respuesta.

— No, el amor no es una prioridad en estos momentos. —conteste desinteresada, era cierto, no estaba lista ni para un coqueteo ni una relación, la soledad era la mejor opción. Wilhemina tenia un no se que en su mirada y la bajo inmediatamente. 

Sus ojos se clavaron en el plato de comida que contenía algunos fideos ya fríos, lo primero que pude imaginar era una mujer recordando sus tiempos de adolescencia y quizás en algún momento de su vida, alguien le pregunto aquello y ella dio mi misma respuesta. ¿Sera? Mi pregunta ahora era, si Wilhemina Venable tenia a alguien esperando en su hogar, si a la hora de dormir alguien tenía la suerte de verla descansar y si algún ser tenia el beneficio de hacerla suspirar cada vez que quiera.

Más Allá De NosotrasWhere stories live. Discover now