15

3.9K 368 121
                                    

— Que bello vestido. —alabo mi madre cuando baje las escaleras, en una hora iríamos a emborracharnos por el cumpleaños de Venable.

— Gracias mamá. —Me acerque al espejo de la sala para ponerme los aretes.

— David se fue hace unos minutos.

— Si, el idiota se olvido de comprarle algo.

— Tu lenguaje. —Reprocho mi madre.

— Lo siento.

— ¿Tu le compraste un regalo?

— Si. —Me acomode bien el vestido negro, había optado por dejar desnudos mi hombros y parte de mi espalda. Llevaba unos zapatos de punta color negros, que hacían perfecto conjunto con todo y mi cabello lo alise. —Le compre su obsequió hace una semana.

— ¿Y que le compraste? —Me pregunto con cierto tono de curiosidad.

— Un bello reloj de oro blanco con las cuerdas de cuero. —Mire la hora en mi celular. —Obviamente las curdas son de color violeta pastel, su color favorito.

— Estas tan enamorada mi niña. —Coloco su mano en mi mejilla y dio una pequeña caricia.

— Y tu estas hermosa, ese vestido te queda espectacular. —Al final la fiesta iba hacer en el hotel de Víctor, tenía un salón tan divino, que decidió que seria ahí. Mi hermano bajo las escaleras de la mano de Lola y los dos estaban muy elegantes.

¿Me pregunto que se pondrá mi querida Venable? La noche estaba hermosa, espectacular y calurosa a pensar de estar a finales de otoño.

Tome mi cartera de mano y me quede esperando a que el bastardo de David se digne en venir, ya había pasado una hora y no tenía noticias de él, hasta que por fin se digno en aparecer.

— Lo lamento tanto, no encontraba nada abierto. —respondió antes de que comenzara a molestarlo, subió las escaleras corriendo. Me dirigí al auto, mi madre se subió adelante y nosotros tres atrás.

Mientras procuramos llegar al salón, obviamente una hora tarde, la cabeza me carcomía saber que Nick estaría viajando hacia otro país y yo había rechazo esa propuesta...

Entramos en un enorme palacio, había una infinidad de autos.

— Víctor invito a todos sus familiares, al parecer son muchos.

— Es la familia victoriana. —Contesto mi madre y me reí. —Aquí todos son de una posición económica bastante buena.

Mire por la ventana y llegamos a la entrada, me baje del vehículo y me adentre al hotel para buscar a mi querida Venable y desearle un muy feliz cumpleaños. Moria por verla, no había logrado coincidir en todo el día para saludarla íntimamente, pero este era el espacio perfecto y nada podía impedirlo.

El salón principal era todo blanco, había detalles color oro como la casa de Venable, había demasiada gente y me cansaría de buscar. Ni si quiera a Rose podía ver, porque si la veía a ella, también vería a su hija.

— ¿Una copa señorita? — Pregunto un mesero del lugar

— Si gracias. —Tome la copa con un liquido amarillento, Champan.

Había tantas caras extrañas, no podía distinguir a la que quería encontrar, así que rendida y decepcionada volví mi camino hacia mi madre. Quien estaba charlando gustosamente con ¡Rose!

— Hola. —salude y la mujer se giró, para luego extender una bella y resplandeciente sonrisa.

— Hola niña, ¿Cómo estás? —Me dejo un pequeño beso en la mejilla

Más Allá De NosotrasWo Geschichten leben. Entdecke jetzt