Capítulo 34

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Para tí Blanquita... gracias por tu apoyo siempre 


Mikoto Uchiha estaba, como de costumbre, detrás de su escritorio tomando decisiones que iban a afectar a naciones enteras gracias a su hábil manejo de la economía y sus influencias políticas. Muchos podrían decir que era una bruja por presagiar el destino pero mejor era describirla como una marionetista que manejaba los hilos de las vidas de muchos.

—Señora, ya está aquí —informó Kakashi luego de hacer una respetuosa reverencia.

—Hazlo seguir.

Un joven pelinegro, serio, apuesto y elegante entró a su oficina y se ubicó enfrente del escritorio.

—Tiempo sin verte, madre.

—¿Pediste una cita a mi asistente sólo para venir a saludarme? Me halagas, Itachi.

—Vine hasta aquí para hablarte de Sasuke. Quiero que dejes de seguirlo e interferir en su vida, no deseo que él pase por lo mismo que pasé yo.

—Mide tus palabras —el tono de la señora Uchiha se estaba afilando a medida que hablaban— Actualmente vives lejos, como siempre lo deseaste, y estás rodeado de lujos, dinero... todo el mundo te trata como si fueras de la realeza. No entiendo cuál es tu queja ahora.

—Si vivo bien es porque he trabajado de igual forma o más que tú, madre, y si estoy lejos es por el trato que hicimos hace años, el cual espero que respetes siempre. Deja a Sasuke vivir su vida.

—Yo sólo me preocupo por su futuro, es lo que haría cualquier madre devota.

—"Tu preocupación" me hizo perder algo sin precio hace muchos años.

—Algo como aquello —desestimó Mikoto haciendo una mueca— En la vida hay miles de cosas más importantes.

—A veces se me olvida que para ti los sentimientos no son más que monedas con las que puedes jugar.

—Itachi, aún después de estar casado sigues teniendo pensamientos tan vulgares —se rió sarcástica— Justamente fue por eso que te desestimé en un principio como heredero de Uchiha Corp. Ahora, si no tienes nada más importante que decir, no me hagas perder mi tiempo.

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Sakura había decidido que el curso de acción a tomar era hablar personalmente con Sasuke Uchiha.

Él, por el contrario, no quería verla. No soportaba verla. Luego de sumirse en el dolor de la traición había superado esa etapa con pensamientos de venganza. Después entendió algo aterrador, que no le quería hacer realmente daño, aún la tenía clavada en el corazón, así que buscó la salida de los cobardes, huir, como resultado simplemente la evitaba.

Ella pasó días esperándolo en frente del salón de clases especial de los F4, el cual ahora no estaban usando. Fue a su guarida en diferentes horarios pero al no poder saltarse clases no pudo hacer una vigilancia estricta del sitio. Cuando más podía dedicarle tiempo a la búsqueda era a la hora de la salida, así que estuvo varios días, a pesar del viento helado, observando la puerta principal del colegio por lo menos dos horas después de la finalización de clases.

Por fin su espera dio fruto cuando observó una limosina acercarse a la entrada y al pelinegro salir del edificio solo. Cuando él iba a ingresar al vehículo ella dio un paso para acercarse, sus ojos se encontraron en lo que pareció un momento sin tiempo. Ella leyó primero la sorpresa y seguida de la decepción. Él apartó la mirada y se subió al vehículo.

BOYS OVER FLOWERSWhere stories live. Discover now