Capítulo 42

181 25 16
                                    


Sai estaba preparando el té cuando miró por la ventana que daba al jardín y detalló el auto de Sasuke vigilante en la entrada. Sus ojos pasaron de este a la hermosa chica que estaba en su sala mirando detenidamente algunas de las fotografías que adornaban el lugar.

Respiró profundamente, sonrió triste y supo que era lo que tenía que hacer.

—Ya está el té —anunció mientras depositaba los pocillos en la mesita central de la sala, la cual estaba adornada con una pequeña escultura que le regaló Naruto y otro portarretrato— Ven, Sakura, siéntate a mi lado.

Ella asintió y se instaló junto. Él se acercó lo que más pudo dadas las circunstancias.

Luego de un sorbo dejó la tacita y tomó la imagen que adornaba la mesa.

—Esta fotografía puede que te interese más —dijo y se la pasó.

Los ojos verdes de Sakura brillaron al reconocer los cuatros niños que aparecían en la singular instantánea, cuatro chicos, cuatros flores que eran aún retoños en la imagen.

—Se ven adorables.

—Si, bueno, desde ese entonces ya se miraba que Sasuke se iba a convertir en un hombre... —dejó deliberadamente la frase inconclusa.

—Hermoso —susurró ella hipnotizada por el pelinegro.

—¿Cómo?

—Odioso... si... eso fue lo que dije.

La pelirrosa enrojeció sobresaltada, dejó el objeto en la mesa de manera brusca y tomó de nuevo el pocillo.

Sai la observaba fijamente.

—Eres tan preciosa, Sakura —tomó un mechón de su cabello y se lo colocó detrás del oído. La ojijade seguía enterrada en la taza como si de ello dependiera su vida— Con razón le gustas tanto a Sasuke.

Ella cerró los ojos con fuerza. Empezó a sentir leves roces del pelinegro sobre su pierna. Trató de sentirse cómoda, en serio lo intentó. Su mente volaba a los recuerdos del Uchiha curando sus heridas con yodo el día en que la rescató de una muchedumbre, en esa ocasión el simple toque de sus dedos incendió su piel como fuego a tal extremo de hacerla gemir. Pero ahora, lo único que sentía con Sai era nerviosismo.

Abrió los ojos cuando él delicadamente le quitó el té para ponerlo en la mesita. Sus ojos chocaron mientras él acariciaba su cabello, después tomaba su rostro y justo cuando se mezclaron sus alientos ella volteó la cara para que ese beso terminara en la mejilla.

Sai respiró sobre su piel y le susurró al oído —Querida Sakura, el primer amor no tiene que ser el más grande de tu vida —y se retiró de ella sentándose derecho mirando hacia el portarretrato que tenía la fotografía de Fū.

—Ella está bien —Sakura se sorprendió y relajó ante el cambio de actitud y de tema— Cuando estuvimos en Paris nos dimos cuenta de que a pesar de haber sido el primer amor del otro, yo no encajaba en su nueva vida. Así que decidimos dejarnos ir, eso fue lo mejor para ambos, ahora ella podrá tener un nuevo inicio y yo eventualmente también estaré bien.

Sin tener palabras la pelirrosa solamente asintió.


---------


Aunque Sai insistió en repetidas ocasiones, ella se negó a que la llevara a su casa, realmente necesitaba caminar para despejar sus ideas.

Luego de salir de la hermosa vivienda, antes de cruzar la reja, Saku miró hacia atrás, inspiró profundamente y dejó ir el aire despacito.

—Gracias por todo y adiós, Sai Hōrai

BOYS OVER FLOWERSWhere stories live. Discover now