Capítulo 3

1K 103 106
                                    

Un helicóptero, si, un jodido helicóptero aterriza en el campo de futbol del Colegio Uchiha y se baja tranquilamente uno de los estudiantes. Él, con su cabello negro, ojos azabache, facciones perfectas que hacen pensar que se está viendo a una escultura es un metro y ochenta centímetros de puro orgullo, altanería, seguridad, egocentrismo y sensualidad.

Sabe que él es una bendición para toda la humanidad, casi un dios, o eso es lo que le han hecho creer toda la vida, su andar es sosegado y su cabeza erguida haciéndolo ver aún más alto de lo que es. Sonríe de medio lado al bajar del aparato volador con pleno conocimiento de que ni siquiera el viento de las hélices se atrevería a despeinarlo por temor a su reacción.

Mientras tanto una linda chica va llegando en la camioneta de entregas de la tintorería que lleva su nombre escoltada de cuatro automóviles de Uchiha Corp. que le hacen el cortejo especial que pidió la directora de la empresa para el primer día de clases. Sakura apenada por que su padre se puso el mejor traje y lentes oscuros para aparentar ser un guardaespaldas baja del vehículo con ganas de volverse invisible en cualquier momento.

—Espero que te vaya bien hijita —dice en un susurro Kizashi irguiendo su cuerpo de tal forma que parece que se tragó un palo.

Pero definitivamente la suerte no la acompaña ya que cuando su padre cierra la puerta del vehículo en automático empieza a sonar una tonada que llama la atención de todos alrededor:

"Si su ropa no tiene color

o tal vez tiene un mal olor

la tintorería Sakura lo soluciona

la medida que si funciona"

Las bocinas sonaban a todo volumen acompañadas de las risas de los casuales espectadores que no podían creer semejante escándalo. Sakura enrojeció desde los pies a la punta de su cabello hasta que por fin su padre pudo abrir la camioneta y se alejó aún escoltado.

Luego ya más tranquila empezó a caminar por entre los edificios tratando de encontrar en el que le correspondía tomar clases. Con un mapa del campus en la mano se desplazaba por entre estudiantes que llevaban conversaciones totalmente banales.

—Mira mis nuevos aretes, ¿Te gustan?

—Vamos a hacer una fiesta en el yate de mi papi este fin de semana.

—Con la dieta que llevo voy a perder diez kilos para las vacaciones.

—Esta camisa que tengo es del diseñador que está de moda, sólo ha hecho dos ¿Y saben quién compró la otra? Sasuke Uchiha.

Sin querer se fue adentrando en un pequeño bosque ubicado en el centro de la escuela perdida en sus pensamientos y perdida en el mapa que en vez de ubicarla la desubicaba más.

Se vio rodeada de hermosos y frondosos árboles altos, siguiendo un caminito en piedra hasta que llegó a un precioso claro donde la luz del sol que se colaba entre las ramas daba exactamente encima de un chico que estaba concentrado pintando un cuadro. Sakura no pudo evitar asomarse por encima de su hombro para encontrarse con un dibujo de belleza excepcional.

Ella, sin querer, pisó una rama y eso hizo que el pintor levantara su rostro para fijarlo en ella. Desde esa distancia aquel muchacho con cabello oscuro, ojos negros, piel blanca y rostro fino parecía salido de una de las revistas que Hinata se la pasaba mirando.

—Pe-perdón yo... yo estoy perdida.

El chico ladeo su rostro en señal de entendimiento pero no mostró absolutamente ninguna expresión.

—Estaba buscando —carraspeó Sakura tratando de sacar algo más que un susurro— Buscaba el edificio para las clases de décimo grado.

El pintor alzó su mano y le señaló el camino sin pronunciar ni una sola palabra.

BOYS OVER FLOWERSWhere stories live. Discover now