Capítulo 11

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A pesar de temer la represalia del Uchiha luego del desplante, Sakura no dejaba de sonreír mientras atendía las mesas en Ichiraku.

—Algo te tiene de muy buen humor —canturreó Hinata sonriente— Me pregunto por qué será.

—¡Es por culpa de un chico! —se escuchó la voz de Teuchi desde la cocina.

La pelirrosa bufó para descartar la teoría de su jefe.

—No hay ningún muchacho en el que esté interesada en esa escuela, hasta ahora todos han sido malos conmigo —susurró mientras hacia un puchero.

—¿Todos? Porque el chico que te trajo hasta aquí hoy parecía bastante amable —pícaramente sugirió su amiga.

—Bueno... Él ha sido diferente a todos los demás —suspiró Sakura y empezó a recordarlo mientras pasaba ensoñadora el trapo de limpiar las mesas una y otra vez por la misma superficie ya brillante— Él ha sido amable, me ha protegido y ayudado cuando lo he necesitado.

—¡Y apuesto que es muy guapo! —volvió a salir la voz de Teuchi desde adentro.

—Pues supongo... tiene un lindo cabello negro, piel perfecta y sus ojos son tan oscuros y limpios que cualquiera podría pensar que es un ángel.

—Parece que te gusta —una risita de parte de su amiga complementó el comentario.

—¡Les dije que todo tenía que ver con un chico!

—Es sólo que ha sido muy amable conmigo —bajó la voz Sakura, por fin miró que ya la mesa estaba más que limpia y pasó a otra.

—Pues tienes que agradecérselo —sugirió Hinata sonriente.

—¿Tú crees? Pero no sabría cómo.

—La mejor manera de llegar al corazón de un joven es por su estómago —salió el experto de la cocina para dar su sabio consejo —Si de verdad ha sido tan bueno contigo te haré mis famosas bolas de arroz para que se las lleves mañana —concluyó mientras ingresaba de nuevo a su cocina.

Sakura sonrió agradecida y empezó a contar los minutos para poder ver a Sai.


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Apenas llegó al colegio, faltando quince minutos para iniciar clases, Sakura fue a buscarlo al balcón donde ya se lo había encontrado antes, llevaba en un paquete su regalo de agradecimiento para el pelinegro, pero no lo halló.

Con mucho recelo se atrevió a ir hasta el "sagrado refugio" de los F4 pero tampoco había nadie allí. Cuando ya se iba Naruto y Shikamaru entraban charlando a al sótano cuando notaron la presencia de la chica.

—¿Qué haces aquí? —dijo ceñudo el pelinegro.

—Yo... yo sólo estaba buscando a Sai-sama... pero ya me voy.

Dio media vuelta rápidamente pero cuando ya iba a subir las escaleras la voz del rubio la detuvo.

—Espera, ¿acaso no eres la chica maravilla?

Sakura hizo una reverencia y se dispuso de nuevo a salir.

—Sí, claro que eres tú —sonrió Shikamaru— No te vayas todavía, déjanos ofrecerte un refresco, te lo debemos.

—¿Cómo?

Naruto se rió de forma zorruna ante la expresión de sorpresa de la muchacha.

—Lo que pasa es que desde que llegaste hemos tenido más diversión que en todos estos años de escuela.

BOYS OVER FLOWERSWhere stories live. Discover now