Capítulo 9: Provocación letal

Start from the beginning
                                    

Definitivamente tengo que buscar ayuda

No sé con exactitud si se ha dado cuenta de mi actitud, ahora estoy detrás de él para evitar que el sonrojo de mis mejillas le de información que fácilmente pueda usar a su favor. La única desventaja de esta nueva posición es no poder apreciar ni reconocer claramente cualquier gesto que Damian Deutsch haga. El silencio nos inunda pero al parecer a ninguno de los dos parece importarnos, ambos estamos perdidos en el espacio y tiempo si es que eso puede llegar a ser posible. Ojalá nunca hubiese encontrado, arreglado y restaurado el diminuto interruptor que trajo de vuelta la luz que en su momento había apagado involuntariamente. Al menos en la oscuridad camuflaría o escondería mejor aquellos signos de perversión que estoy expresando sin pudor alguno.

Es un completo error comportarme de esta manera pero aún así quiero jugar

Cada segundo que transcurre se siente eterno, los latidos de mi corazón van a mil por hora, la respiración se me ha entrecortado varías veces y mis dedos no dejan de tentarme por querer disminuir aquel fuego intenso que palpita en mi vagina extendiéndose por las piernas, sé que si no lo controló a tiempo pondré en riesgo mi dignidad. No sé si soy la única que se siente atraída por pecar pero espero y deseo ver a Damian Deutsch desmoronándose como lo estoy haciendo yo.

—¿Dónde está?—son las únicas palabras que él emite demandante, se ve fatal como si se estuviese quemando.

—¿Qué cosa?—pregunto sin entender muy bien a lo que se refiere—¿Te encuentras bien?

—¡Maldición el baño!—grita malhumorado intentando contener el demonio de su interior—¿Qué si estoy bien? ¡Mi polla explotará en cualquier momento!

—Jodido pervertido sal de mi casa ahora mismo—ordeno hipócritamente tratando de parecer ofendida por aquella revelación.

—Ambos sabemos que eso no es lo que quieres exactamente, pequeña—afirma seguro Damian Deutsch.

—¿No? Porque estoy convencida de que realmente quiero estar a kilómetros de ti—respondo a su cautivadora insinuación.

—Puedo sentir como tu cuerpo sufre al igual que el mío—afirma el chico de ojos grises tentando mi alma confundida—Mueres por que te haga mía, deseas que ese orificio sea solo penetrado por mí—se acerca cada vez más a donde estoy—Siento las pulsaciones y las ganas que tienes de gemir fuertemente—agarra sin ningún tipo de delicadeza mi cuello como si quisiera ahorcarme hasta quebrarme—Tus dedos te delatan, el roce que haces con ellos es clara señal sobre cómo necesitas atención en tu virginal clitoris y creedme hoy estoy haciendo muchas obras de caridad.

—Aléjate de mi—digo intentando mantener la compostura—Te has equivocado en una sola cosa.

—¿En serio? Porque a mí me pareció haber acertado en cada palabra—pregunta sarcásticamente provocando que mi ira crezca aún más.

—Si estoy excitada y bastante diría—sonrió coquetamente mientras me libero de su mano—Pero no es por ti que estoy así.

—¿Ah no? Soy el único en esta casa Miykal ¿Quién más si no soy yo?—nuevamente cuestiona divertido Damian Deutsch.

—Es que me pone caliente pensar que hay un asesino serial suelto—suspiro implorando que mi mentira lo tiente a hablar y aceptar su verdadera naturaleza—Él si es un hombre, en cambio tú jamás llegarás a su nivel.

MI SANGRE EN SUS MANOSWhere stories live. Discover now