Capítulo 4: Tanteando al enemigo

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—¿Buenos días? Joder pero ¿Qué os ha pasado?—pregunta el chico bastante preocupado—¿Estáis bien?

—Perdón por la intromisión, estamos esperando a Damian Deutsch para que pueda sanar la herida de mi pequeña—justifica Dominic Lawler intentado disculparse por la presencia de ambos.

—¿Sois el nuevo jefe de policía, verdad? No os preocupéis los amigos de Dam son mis amigos también—sonríe el desconocido—Por cierto, soy Novak Niemman.

—Mucho gusto ella es mi hija Miykal y yo Dominic Lawler, no sabía que ya era famoso en el pueblo—se excusa el detective apenado por la situación.

—Es que las noticias vuelan—responde Novak Niemman inseguro mientras fija su atención en alguien más interesante—Me causa demasiada curiosidad tu nombre ¿Bastante original, eh?

—Lo sé al parecer mis padres son más creativos que los tuyos—exclama Miykal Lawler bastante sonriente—Oh espero no estar hiriendo susceptibilidades.

—Tranquila se necesita mucho más que palabras para que puedas causar algo en mí—contesta coquetamente Novak Niemman provocando que ella se sonroje inmediatamente—Bienvenidos a Schiltach, deseo con todo mi corazón que su estadía sea de lo mejor.

—Gracias en verdad lo apreciamos—contesta Dominic Lawler—¿Le importaría mostrarme el baño? Huelo a vomito.

—Por supuesto, después de usted—contesta cortésmente Novak Niemman, antes de desaparecer se gira y sin discreción se acerca al oído de la chica—Borra esa sonrisa de la cara cariño, nunca sabes quién te la pueda acabar.

A unos metros de distancia Damian Deutsch observa aquella escena repulsiva, odia con todo su corazón que sus amigos se metan con lo que es de él. Siempre ha ordenado que nadie pudiese ni siquiera acercarse a sus futuras presas. Miykal Lawler es su pequeña, su nueva adquisición. Debe realizar pronto una reunión y aclarar nuevamente las reglas para que ninguno se atreva a respirar el mismo aire que su víctima.

—¿Está todo en orden?—pregunta el demonio mayor manteniendo su postura—El señor Lawler te está esperando Novak, no le hagas perder su tiempo.

—Tenéis razón que descortés de mi parte—asiente su amigo fingiendo sentirse mal por lo imprudente que ha sido—Hasta la próxima, Miykal.

La mandíbula de Damian Deutsch parece que fuese a explotar por la irritabilidad que siente al ver cómo otro se encarga de instaurar miedo en su chica. No le gustaba para nada compartir y ahora no iba a ser la excepción. Esta en su naturaleza ser dominador, su nombre se traduce a eso además de poseer la mayor capacidad de habilidades de todos sus contrincantes. Él será su único asesino, el último que verá como la luz de los ojos de Miykal Lawler se extingue por completo.

—Mantente lejos de él—exclama Damian Deutsch mientras moja el algodón en alcohol etílico—Esto arderá un poco.

—Vaya no sabía que te preocupabas por mi—contesta Miykal lawler intentando reprimir el grito al sentir como se quema por dentro cuando la sustancia del algodón empieza a reaccionar con su maltratada piel.

En realidad Damian Deutsch jamás se preocuparía por alguien como ella, tan casera y poco glamorosa. Él solo vive para sí mismo, no puede depender de nadie. En ese justo momento una señal deslumbra aquel cerebro retorcido y maldito. Aprovecharía, engañaría, enredaría a su víctima haciéndole creer que está completamente idiotizado o peor aún enamorado de ella. No importa si era caer bajo por jugar con los sentimientos de la chica, al final de todo lo único relevante es que pueda llevar a cabo su frenético homicidio.

—Creo que ya ha sido suficiente alcohol etílico por hoy—afirma malhumoradamente Miykal Lawler al ver como las gotas no dejan de caer en su piel—Damian, por favor para.

MI SANGRE EN SUS MANOSWhere stories live. Discover now