The Election of the Prince [Taehyung] ; EN PAUSA

Capítulo 18

Se me quedó mirando. Él mantenía mi boca abierta, y creo que quería ver cómo lucía. La respiración que mantenía no me ayudaba en nada, seguro veía una expresión desesperada.

- Quiero quitarte la ropa -dijo, sonando más a petición que a advertencia. Asentí.

Me dió la vuelta de un tirón, y empezó a desatar los cordones del uniforme, llevándome hasta el límite de la cama en el proceso.

Sentí como bajó el cierre, desde la nuca hasta la espalda baja, y estar expuesta así frente a él me aceleró mucho más de lo que había imaginado. Bajó el vestido por mis hombros, y ayudé a hacerlo con rapidez.

Mi ropa ya estaba en el suelo. Sentía tensión entre mis piernas.

Su cuerpo me empujaba hacia la cama, y cuando procedí a subir por mi misma, me tiró por completo él mismo.

Subió a mi. Sentí sus labios en mi espalda. Tomó mis muñecas contra la cama, apretando más de lo que era necesario.

Sentí como su lengua empezó a subir, y no pude evitar gemir.

- Ya encontramos una de tus áreas -no lo veía, pero sabía que sonreía. Yo ya no podía decir más, apenas lograba pensar en algo más que no fuera lo delicioso que esto se sentía.

Empezó a besar mi espalda, como si tratara de encontrar algún sabor. Yo solo me retorcía. Mi respiración ya empezaba a hacer un ruido audible. ¿Porque se sentía tan bien?

Y entonces, sentí como clavó sus dientes en mí.

Gemí más fuerte de lo que creí. Ya no paraba de moverme, ni siquiera su peso me lograba tener quieta. Era una sensación tan desquiciante.

- Tu espalda es muy sensible -murmuró contra mi piel-, con lo que me gustará tenerte boca abajo.

- Quiero besarte -imploré. Creo que las sensaciones en mi espalda me harán desmayar, y me gustaría disfrutar un poco más antes de eso.

- ¿Ya no soy "usted"? -soltó mis muñecas, y me ayudó a girar rápido sobre la cama.

- Lo dije sin pensar -porque sí, ya no estaba pensando, sólo me dedicaba a sentir.

Se veía tan grande sobre mí. Sus labios estaban levemente hinchados y rojos. Su mirada empezó a recorremre. Ahora sólo estaba cubierta por mi sostén y un licra, sintiéndome acorralada por su hambrienta expresión.

- Creo que la venda en el cuello te va bien -dijo, sacándose la camisa frente a mí. Esto era tan excitante.

Se inclinó hasta mí, alcanzando mis labios, colando una de sus manos por debajo de mí, tratando de abrir el sostén. Una de sus piernas se posó entre las mías, justo como en la barra, pero está vez, estando recostada, logró lo que pretendía en un principio.

Empezó a empujar hacia arriba, chocando su rodilla en mí. Me quejé en su boca. Las palpitaciones se hicieron más intensas, y el hormigueo apareció en mis muslos. Él seguía empujando. Eché mi cabeza hacia atrás. La sensación era tan rica.

- ¿Se siente bien? -musitó.

El que él pueda hablarme mientras me hace esto me ponía más. Sus labios daban besos suaves en mi quijada, y le busqué para que se encontrara de nuevo con los míos.

Llevé mis manos a su cintura, queriendo recorrer sus costados y su espalda. Sentía como la humedad empezaba a aparecer. Él seguía moviendo su pierna contra mí, haciéndo que me quejara entre besos. Su lengua quería entrar en los momentos en que gemía. Nuestras respiraciones chocaban, ruidosas. Todo era tan caliente.