Capítulo 3.

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— No es la primera vez que sucede algo así —con minucioso cuidado extrajo la primera lente de contacto—. Aunque Hoseok me sorprendió, no creí que también hiciera lo mismo. El deseo de subir al trono está aumentando entre todos, los empuja a tomar medidas drásticas al grado de querer evidenciar a tu propio hermano de una manera desprestigiada. Seguro se pondrá más duro —se miró en el enorme espejo del baño una vez más y retiró la lente faltante.

Yo le miraba desde atrás sosteniendo una toalla. Me sorprende la manera tan despreocupada en que está tomando la situación. Después de ser drogado y fotografiado con mujeres vulgares que metieron sus manos donde quisieron no está enfadado ni desconcertado. Yo estuve muy enfadada, ¿porque a él no le importa?

Alzó la vista y me miró por el reflejo.

— También me sorprendió lo que me dijo Judith de ti —apoyó sus manos en el lavamanos—. No puedo imaginar a una chiquilla pelear contra un hombre —sonrió levemente. Pude ver por primera vez su verdadero color. Sus ojos eran marrones oscuros. Pude confirmar que él no necesita de colores falsos para tener una mirada encantadora, hipnotizante e irresistible. Mi cuerpo se incómodo.

— Bueno, en realidad no fue gran cosa, sólo tenía que inmovilizarlo para obtener la cámara —desvié la vista. Incluso por medio del reflejo se sentía muy penetrante.

— Oh —escuché el grifo abrirse—. ¿Prácticas autodefensa?

— No, un amigo me lo mostró —lo miré y él salpicaba su rostro con ambas manos—. El hijo del jefe de la guardia.

—- ¿Hijo de Jeremy? Nunca lo he visto.

— Él pronto trabajará para usted, y le aseguro que le brindará un excelente trabajo.

— Eso espero —extendió su brazo hacia mí y le otorgué la toalla—. Si tú supiste como derribar a alguien con sólo mirarlo una vez significa que me será muy útil —frotó la toalla con lentitud sobre su rostro. Al terminar de hacerlo se miró al espejo, y en él a mí.

No quedó rastro de su maquillaje. Su piel morena lucía brillante y fresca, y sus finas facciones aún seguían resaltando. Él seguía atractivo como siempre.

— Estoy satisfecho con la elección de Judith.

Mi cara enardeció. Miré al suelo pero no me fue suficiente, podía sentir como posaba su mirada aún en mí. Bajé mi rostro un poco más.

— Agnes —me llamó, y alcé la vista. El príncipe ya no estaba dándome la espalda. Él estaba cruzado de brazos recargado en el lavamanos—. Ven, frente a mí —señaló con un leve movimiento de barbilla.

No sé que quería con eso, pero yo me había tensado por completo. Caminé cabizbaja hacia él, no quería arriesgarme a que presenciara mi expresión de notable nerviosismo por nuestra cercanía.

Él sacó algo del bolsillo de su pantalón y dirigió sus manos a mi pecho. Pude notar el broche distintivo con el símbolo de la realeza.

— Sal y ordena mi comida —dijo, cerrando el broche sobre el cuello del uniforme—. Filete de corte fino con ensalada de papas y especias. Te permitiré acompañarme así que pide lo que gustes, te contaré el porqué mis hermanos hicieron lo de ésta mañana. Es importante que como mi moza lo sepas y así tomes medidas para que no vuelva a ocurrir ¿lo entiendes?

Asentí, retrocediendo de él.

— En seguida —hize una reverencia—. Le agradezco el que me entregara el símbolo real.

— Hiciste que decidiera entregártelo antes. Espero que mis expectativas hacia ti no bajen, Agnes. Retirate.

Di media vuelta y salí de ahí. Mi pecho se comprimió por sus palabras: "Espero que mis espectativas hacia ti no bajen, Agnes". Sentí orgullo por mí misma. ¿Pude crear mis primeros votos a favor con el príncipe Taehyung? Es muy pronto, pero eso me hizo creer.

The Election of the Prince [Taehyung] ; EN PAUSAWhere stories live. Discover now