Capítulo 1.

7.1K 628 254
                                    

Todos los días estaba ahí. Cada mañana salía al balcón trasero a fumar unos cuantos cigarrillos junto a una copa de vino blanco. Bueno, eso me parecía a mí. No tenía una buena vista desde mi ventana. No era como que lo espiara a propósito, si no que sólo un día me percaté de que su rutina diaria coincidía con la mía al sentarme junto a la ventana y aprovechar la luz mañanera para leer un poco.

Debo admitir que conforme pasó el tiempo decidí sólo sentarme a mirarlo. No tenía ningún objeto en especial. Una extraña curiosidad me llenaba al verlo ahí mirando a la nada durante un rato, por suerte nunca se percató de lo que yo hacía.

Mi abuela nunca me cuenta sobre él aunque se lo pregunte, dice que no debo meterme en lo que no me incumbe. A veces duerme en casa o manda un recado diciendo que no llegará y atenderá asuntos del príncipe.

Ella aún conserva su título como institutriz del príncipe, pero básicamente atiende deberes en su lugar o repara los daños que causa, que son bastante frecuentes.

Hace tres días que no veo a mi abuela, sigue atendiendo los problemas del príncipe. Y bueno, no puedo quejarme mucho. El príncipe tiene viviendo dentro de su terreno al capitán de su guardia, a la coordinadora del servicio y la institutriz, todos junto a sus familias y sus respectivas casas muy al fondo del extenso patio trasero. Los necesita de tiempo completo.

Mi abuela dice que tiene un trabajo para mí en el palacio. Nunca me dijo con exactitud de qué va, sólo mencionó que es algo simple y fácil, que son cosas que sé hacer. La paga al servicio de la realeza no se compara con ninguna otra, así que estoy contenta en tener asegurado un lugar. Mi abuela también se encarga de hacer todo tipo de contrataciones, así que tengo todo a mi favor.

Me retiro de la ventana cuando el príncipe se adentra en su habitación, y sigo con mi rutina.
Mi vecino, Joshua Olsen, hijo del capitán de la guardia, me visita por las mañanas cuando mi abuela no está. Dice tenerle mucho respeto, pero más bien creo que le tiene temor. A veces es muy estricta.

Joshua estaba sentado en el comedor sorbiendo su café.

— ¿Ya se metió?

— Sí —contesté mientras tomaba asiento en la mesa.

— Pronto podrás mirarle de cerca cuanto quieras.

— No sé si en mi puesto tenga trato con él, no es seguro que lo vea -tomé mi taza y le di un sorbo.

— ¿O sea que tu abuela no te ha dicho dónde te emplearás?

— No, lleva tres días durmiendo en el palacio, debe estar bastante ocupada, ¿pero que hay de ti? La señora Sun Won me dijo que apoyarás a tu padre en la guardia, por fin tendrás un puesto de planta —él sonrió avergonzado.

— Bueno, sí, y estoy muy emocionado, y nervioso, y sólo espero no echarlo a perder —rió.

— Verás que no, haz practicado bien muchacho —le aseguré. Lo he visto salir con armamento de su padre, y lo lógico sería pensar que ha practicado, y que sobre todo puede comprender la responsabilidad de su puesto.

— Gracias Agnes, pero no hablemos de eso, me pones más nervioso —sonrió una vez más y miró al suelo.

— ¿Nervioso?

La puerta sonó en ese instante. Joshua levantó la mirada asustado, perdiendo poco a poco el color.

— ¿Mi abuela? —le susurré.

— Saldré por la ventana —se levantó como rayo y se dirigió a ella.

— ¡Agnes, buenos días! ¡Soy la señora Sun Won!

The Election of the Prince [Taehyung] ; EN PAUSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora