Descendientes - Mis actos me encarcelan

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-MI CAMINO XLV-





— ¿y cuando llegaste a Auradon? ¿Tu hermana no intentó hacer que te devolvieran? —

Desde que pise Auradon y mi presencia atormentó a Mal, ella no dudó en pedir que me regresaran, siempre pedía a los demás que hicieran las cosas que ella debería hacer, si es que las quería, cuando me convertí, llamo a mi madre, acusandome con ella y cuando estuve en Auradon le dijo al rey Ben que era mala.

Aun así me quería fuera de su vida, aunque... después, fue diferente ¿no?

— ¿diferente? ¿No será que te tuvo compasión? —

¿Compasión? ¿Por que Mal me tendría compasión ¿yo no necesitaba compasión de nadie.

— todos en Auradon son así, sienten pena por lo de la isla ¿no? —

Pena... por los de la isla.

— Meido... De alguna manera, me enseñaste a ser una persona más responsable, ahora, me doy cuenta que realmente nosotros los de Auradon tenemos una gran venda en los ojos, no vimos desde hace tiempo lo que estaba sucediendo en esa región, porque de alguna manera la isla es parte de Auradon, la isla es parte incondicional de nosotros —

—eso no explica nada... —musité con recelo.

No explica nada.. nada, porque se supone que esta energía que guardaba el cetro no fue para el bien, desde un principio era el mal lo que movía este cetro.

—me enseñaste a ver los que de verdad importa, me quitaste una venda de lo ojos Meido —

¿Una venda?

En ese momento me sentía abrumada, había destruido a Maléfica, lo había hecho y me sentía tan poderosa, debía admitirlo.

— ¿Venda? Más bien Meido... Ben tenía miedo de que tu fueras a fulminar allí mismo, eres más fuerte que cualquiera —

Más fuerte que cualquiera...

— y podrías serlo aún más, robando energías a otros —

Más poderosa.

En ese momento... Ben me dijo eso para.. ¿que le perdonara la vida?

Eso tenía sentido, así no sería destruido por mí, sino que me hizo creer esa estupidez.

— Le dije alteza, era una embustera, se quería robar el libro de encantamientos —

Solo era capaz de escuchar las acusaciones del guardia Frank hacia mi, mientras me limitaba a mirar al suelo con cierto nerviosismo.

Y cuando me atraparon tratando de devolver lo que había robado, Ben no me escuchó, no lo hizo, solo me acusa porque no estaba solo, estaba con sus guardias y tenía protección de ellos.

Se creía impotente.

¿Por que ahora recordaba la cara de Ben diferente?

— Ellos te menospreciaron —

Descendientes: Un viaje hacia el mañana... Where stories live. Discover now