Descendientes - El chico en la cueva

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-MI CAMINO XL-




Una vez abajo, todo se veía enorme, si bien Alía había dado en el blanco y había un montón de oro aquí abajo, también gemas y piedras preciosas.

— Es el paraíso —admitió Ryan asombrado.

— no te atrevas a tocar nada —advirtió Tristán.

Yo solo era capaz de ver cada cosa y caminar entre ellas, hasta que mi vista fue a parar en un enorme pilar rocoso frente a mi, donde había más oro.

— ¿Por que ese está alzado? —cuestione.

— según la historia que mi padre me contaba, él encontró la lámpara del Genio sobre un pilar —comentó Alía tras de mí.

Entonces allí estaba el Genio.

Camine a paso seguro entre el montón de oro, siempre y cuando cuidando que nada de eso quedará incrustado en mi y una vez haberme subido a una roca plana frente al pilar, analice el lugar. Suponía que Aladdin tuvo que trepar, se veía rastros de rocas desmoronadas, seguramente en muchas había fallado. Entonces fruncí mi ceño y miré más arriba, sin duda la incertidumbre me estaba devorando, porque de alguna forma sentía que debía estar aquí.

Toque la roca plana en la que estaba con mi mano y cerrando mis ojos pronuncie: un impulso nada más, la roca hacia hasta la punta ascenderá

Pronto ésta empezó a temblar y arrodillada sobre ella, espere a que subiera, una vez puesta en marcha, me levanté y le apoye de mi cetro, mientras veía como los demás me miraban expectante desde la parte baja, una vez más, miré hacia el lado contrario de ellos y me dispuse a ponerme sobre el pilar de roca, esperando ver algún indicio de lo que estaba buscando, pues por alguna razón esta cueva se había abrieron ante mí.

Entonces divisé todo desde una perspectiva más alta, a todo y a todos, en especial al pelo blanco que me miraba con zozobra a que me cayera.

Pero, cuando me quedé mirándole, por un instante, mi cetro brillo sin haber dicho ningún conjuro y sin darme cuenta un rayo se desprendió de algún lugar lejano de este, pero que estaba dentro de la cueva y un destello rojo invadió mi cetro con fuerza.

Esto.

Al principio pensé que me estaban donando energía, pero era al revés, la energía estaba siendo robada por el cetro, fruncí mi ceño y aferre mi agarre al cetro.

MEIDO ¿QUE SUCEDE? —Ryan pedía explicación.

Yo también.

Pero pronto la cueva empezó a temblar otra vez.

— Solo aquel que posea una fuerza interior, el diamante en bruto —esa voz.

¿De dónde venía?

Miré a mi alrededor, pero solo veía oscuridad y seguramente la pared final de la cueva.

— ¿qué está pasando allá arriba? —cuestionó Alía enojada.

debemos salir de aquí —podía escucharlos, pero había algo que me ataba.

Otra luz entró en el cetro.

Descendientes: Un viaje hacia el mañana... Where stories live. Discover now