Capítulo 123: Una gota de vida

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Será mejor que tomé una ducha, además, temo que la capa pueda caer en algún momento. Con mis mejillas rojas, aceleré mis pasos hasta entrar al cuartel y dirigirme al baño. Afortunadamente, dentro del baño ya me habían dejado una toalla, jabón y un cambio de ropa cuyas telas me recordaban a la tienda de Purriry. Cuando me quité la capa y la ropa desgastada y sucia, me aseguré de envolverlas a los libros para que no se mojaran. El agua que caía dentro de la ducha, me permitió relajarme por completo y solo en ese momento me pude dar cuenta de las heridas que tenía, me dolía mucho la mejilla, tenía algunos morenotes en los brazos e incluso cortadas pero nada grave. Cuando salí de la ducha, me sequé con la toalla y me coloqué la ropa que me habían dejado, era un vestido ligero pero muy cómodo, siendo que ha pasado bastante tiempo desde que pude relajarme de esta manera.

Cuando salí de los baños, me dirigí directamente a mi habitación.

Todo estaba como antes y mi familiar vino corriendo hacia mí, se acariciaba contra mis piernas y yo acaricié su cabeza con mucha ternura. Debió haberme extrañado mucho pero no podía permitirme llevarlo y que lo lastimarán también. Dejé las ropas sucias en una canasta para lavarlas después y con ambos libros en mis manos, me preguntaba si podíamos usarlos en un futuro. El libro de memorias, parecía ya no tener ningún efecto, sus paginas eran blancas y por más que escribía en él, parecía que no ocurría nada. Por lo que lo dejé en la pequeña mesa y me concentré en el libro prohibido. Está vez leí con detenimiento cada palabra que tenía, incluso en su portada.

"Libro de Dadlam, perteneciente a Deux Noirox"

Nikolas no usaba su nombre real aquí, usó algunos apodos para poder mezclarse, Ashkore, Deux y quién sabe que otros nombres habrá usado. Cuando abrí el libro, me alegraba que estaba en mi idioma, lo más seguro es que así, algunos miembros de Eldarya, les costaría traducirlo.

— Como lo había escuchado, este libro tiene todo tipo de hechizos perversos, no sólo te dice como usarlos, sino como hacer que afecten a otras personas.

Incluso tuve que saltar una página donde podías hacer que una persona cometiera suicidio. Estaba lleno de símbolos y la medida de cada ingrediente que se necesitaba.

— Ten cuidado ..

Me sobresalté cuando escuché una voz en mi cabeza y me volteé. No había nadie allí, estaba completamente sola en mi habitación. No dije nada pero en mi mente, hice la siguiente pregunta: ¿Quién está ahí?. El silencio seguía inundando y por un segundo me pregunté si ya estaba delirando.

— Debo estar perdiendo la cabeza ..

— Es mejor perder la cabeza ahora que cuando estés frente a ese demonio.

Lo volví a escuchar y esta vez lo pude ver, era Nikolas y estaba mirando la ventana mientras me daba su espalda. No lo entendí y estaba perpleja, él había muerto frente a mis ojos pero luego, algo dentro de mi, me decía que no se encontraba conmigo, no físicamente. Por lo que sin temor, avancé hacia él y cuando quise tocar su brazo, mi mano sólo atravesó el viento entre mis dedos. En definitiva, no estaba allí. Cuando se giró un poco para mirarme de reojo, su mirada estaba tranquila, muy distinta a cuando lo había visto la ultima vez.

— Eres Nikolas .. pero a la vez no lo eres. —Las palabras salieron de mi boca.

— Es correcto .. —Se giró para mirarme y luego sin pena, se sentó sobre mi cama. Parecía que quería decir algo pero las palabras no salían de su boca.

Quizá no pueda decirlo o no tenga conocimiento de aquello. Por lo que, tomé el libro entre mis manos y lo apreté contra mi pecho mientras tomaba un fuerte respiro, trataba de concentrarme en aquello. El libro, las páginas, la energía que transmitía y cada símbolo que estaba dibujado. Era como si mis nuevos poderes me estaban ayudando a buscar su origen.

S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora