Capítulo 88: Verdades

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No dije nada mientras seguía sobre su pecho, todo era tan calmado que podría dormirme así. La mano de Ezarel me acariciaba lentamente la espalda y ninguno de nosotros dijo algo más, tal vez no era la única que quería disfrutar este momento. Luego de unos minutos, me levanté un poco para estar sentada sobre él. Y Ezarel hizo lo mismo, recargándose sobre sus brazos y puestos hacia atrás.

— ¿Por qué tus labios sabían dulce?. —Pregunté pero después me puse a pensar que era cierto, el amor de Ezarel hacia los dulces, así que solo sonreí.

— ¿Quieres saber?. —Su mirada se situó en la pequeña caja que seguía a nuestro lado.— Mira tú regalo.

— Está bien ..

Tomé con cuidado la caja en mis manos y la puse frente a mi, no era pesada pero escuchaba un pequeño tintineo, como de algún vidrio o vasija, por lo que tuve cuidado al tenerla conmigo. Jalé la pequeña cinta del listón y finalmente abrí la caja. A simple vista, se veía como un frasco y así era pero cuando lo saqué de la caja, contenía una sustancia espesa pero de color dorado, incluso tenía como unos pequeños brillos. Era un tanto hipnotizante porque era como ver algunos polvos de oro.

— Se ve increíble .. —Murmuré en voz baja, todavía seguía admirando aquel líquido.

— Oh y debes probarla. —De pronto, Ezarel levantó dos cucharas que tenía en su mano, y realmente no sé de donde aparecieron. Él seguía manteniendo una gran sonrisa, como un niño observando su dulce preferido.— Una vez me trajiste la miel de Eudara, hay distintos sabores de miel aquí, así que quiero que pruebes mi favorita. Es producida por un familiar llamado Beko.

— Y con favorito, te refieres a que el regalo es para ti. —Tomé la cuchara mientras lo miraba graciosa.— ¿A esto se debía el sabor dulce en tus labios cuando te besé?.

Se ha quedado callado, acerté.

— Te comiste mi regalo. —Mi mirada no se alejó de él pero debía admitir que por dentro, estaba riendo mucho.

— ¡Lo importante es que tenemos miel!. —Volvió a decir pero ahora de manera alegre.

Esta vez rodé los ojos pero también abría la tapa del frasco, a pesar de que Ezarel lo haya abierto antes, el sabor que sentí era realmente exquisito, aunque no sé si lo sienta así debido a que lo probé directamente de sus labios.

Una vez que quité la tapa, Ezarel se apresuró a tomar la miel con la cuchara y la acercó a mis labios. No lo pensé mucho, así que probé la miel pero esta vez en la cuchara.

Era dulce pero también algunos sabores bailaban, impregnándose en mi lengua.

— Vaya ... ¡Es exquisito!. —Murmuré y Ezarel me volvió a dar otra cucharada de miel.— Es lo más dulce y delicioso que he probado en mi vida ..

— Te lo dije.

Ambos nos quedamos uno a lado de otro, mientras comíamos la miel y veíamos la playa con mucha calma. Pasamos un buen momento, pues Ezarel no paraba de hacerme reír con las bromas que le hacía a Kero en ocasiones, aunque me ha repetido muchas veces que siempre tiene un limite. En fin, nuestra charla fue de lo más normal y la miel del frasco ya había acabado cuando ..

— ¿Hablaste con Eweleïn?. —Preguntó, pero no me ha mirado a la cara.

— Si, ayer en la noche.

— ______ ...

— No, está bien. —Lo interrumpí, sé que Ezarel me tiene mucha confianza y lo demostró cuando se lo dijo a Eweleïn, así que no necesitaba que me explicara nada.— No te preocupes por eso, entiendo.

S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora