Capítulo 84: Astros

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— Ezarel, ¿Sabes lo que ocurre?. —Lo miré con un tanto de curiosidad, porque definitivamente sucedía algo.

Jamón caminaba detrás de los ogros, como escoltándolos.

— No tengo idea. —Dijo Ezarel.— En cualquier caso, no se nos ha avisado nada a los jefes de guardia, pero supongo que Nevra estará al tanto de todo, como siempre.

— Bueno, es un poco extraño.

— Sin duda.

En ese mismo momento, Kero salió de la sala de cristal mientras limpiaba sus lentes, un tanto nervioso. Al momento de vernos, volvió a colocárselos y se nos acercó.

— Ezarel, ______, será mejor que entren, este asunto les concierne.

— ¿Que sucede? ¿Es grave?. —Preguntó Ezarel, aunque tenía las mismas preguntas en los labios, no parecía ser buena señal.

— Será mejor que entren, Miiko les dirá todo. —Respondió.— Buscaré a Nevra y a Valkyon.

Luego de aquello, Kero se alejó de nuestra vista y comenzó a buscar a los otros jefes de guardia. Ezarel y yo nos miramos por unos instantes, sin entender muy bien que sucedía. Después de unos segundos, ambos decidimos caminar y entrar a la sala de cristal. Una vez dentro, los ogros estarán formados en fila, todos en frente de Miiko, quien mantenía una mirada baja pero sostenía con fuerza su bastón. Pero pronto se percató de nuestra presencia.

— Oh, llegaron. —Murmuró ella.— Tenemos que esperar a que llegue el resto.

La situación me inquietaba bastante, no quería esperar al resto para saber lo que sucedía. En el momento que iba a responderle a Miiko, sentí que unos dedos se enredaron a los míos, Ezarel me sostuvo de la mano, como si quisiera decirme que tuviera un poco más de paciencia. Finalmente me guardé los comentarios para mí misma y no dije nada. Para suerte nuestra, Kero fue lo suficientemente rápido para llamar a los demás, así que Nevra y Valkyon no tardaron en llegar.

Los ogros seguían sin moverse, manteniendo una posición muy firme, mientras tanto yo, me quedé a lado de los chicos y Kero junto a Miiko. Ella, después de unos segundos, suspiró de manera profunda y se giró hacia nosotros.

— La joven a quien se le debía dar una protección completa, a quien tuvimos bajo nuestro cuidado, debíamos regresarla a su hogar y cuyo nombre era Leika, ha sido asesinada.

Abrí mis ojos a más no poder, ¿Leika? ¿Realmente fue asesinada? ¿Entonces no fue mentira que alguien la observaba desde su templo? Mi piel se había puesto de gallina ante lo que estaba escuchando pero por unos segundos me sentí culpable, si no le hubiéramos dado esa poción que la hizo cambiar de personalidad, probablemente hubiera sido capaz de defenderse.

Todo esto era realmente confuso.

— ¿Qué? ¡Eso es imposible!. —Dijo Nevra.

— La dejamos al cuidado de sus hermanas, ¿Como no sabemos que fueron alguna de ellas?. —Preguntó Valk, tenía un buen punto.

— Hay testigos de que ella se quedó durmiendo sola en el templo y luego fue encontrada en la mañana por una de sus siervas. –Dijo Miiko.— Estoy igual de atónita que ustedes, pero por el simple hecho de que alguien confió en nosotros y no pudimos hacer nada.

Miiko parece realmente afectada, es cierto que todo el peso recae sobre ella.

— Miiko .. —Murmuró Kero antes de pasar una de sus manos sobre su hombro.— En fin, los ogros de aquí son representantes de la ciudad de Growlyx. —La mirada de todos se dirigieron a ellos y Miiko se acercó al ogro cuyas manos estaban ocupadas por sostener una caja, aunque viéndolo de cerca, era un cofre.

S E C R E T O S [Ezarel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora