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En Westchester, acabado el desayuno, Charles dejó indicaciones para que se prepararan los aposentos de Logan, de su hija y de Peter, que estaban por llegar, tal vez antes del almuerzo. Después se encerró en su despacho porque había cartas que redactar y documentos que solo él prefería leer. También seguía de cerca el reacondicionamiento de su casa en Irlanda y era minucioso al estudiar los informes que le enviaba el encargado de la refacción. Erik lo acompañó un rato mientras que Sharon se dispuso a llevar a Emma de paseo en carruaje por el bosque de la casa. No se alejaron mucho y como hacía frío, no salieron del coche. Mientras paseaban, se enfrascaron en una plática sobre varios temas: cómo era la vida campestre alejada de la ciudad, las obligaciones que Sharon seguía teniendo como viuda del duque anterior y madre del actual, e hizo menciones del baile anual de Westchester, tan célebre en Edimburgo. Por su parte, Emma habló de su hijo y de su difunto marido, y, al nombrarlo, mantuvo un silencio incómodo, que Lady Xavier rompió al invitarla a observar un bosquecillo de fresnos que habían plantado cuando todavía vivía Lord Brian, y que ahora se alzaban jóvenes y vigorosos. Al cabo de una hora regresaron a la casa.

Erik había dejado a Charles un momento y estaba en el vestíbulo cuando el coche volvió. Salió a recibirlas y mientras que Sharon se despedía para encerrarse en su saloncito, Magneto llevó a su amiga hasta una sala, encendió la chimenea, y se sentaron junto al fuego.

Emma suspiró y cerró los ojos.

─El fuego de un hogar crepitando, este silencio, el paisaje campestre, ¿sabes que todo esto me recuerda a la Navidad? ─ admitió ella con otro suspiro.

Erik quedó pensando que esta sería la primera Navidad que pasaría tranquilo y feliz después de mucho tiempo. Llevaba una década costándole reparar en la celebración, ya sea porque le producía recuerdos dolorosos de su esposa y de su hija, o porque estuviera demasiado ocupado en sus misiones. Sin embargo, no la había olvidado jamás porque sabía lo importante que era para Peter. El origen de Erik era hebreo así que no la había conmemorado hasta que se casara y como su hijo había pasado su niñez festejándola, él continuaba con la tradición. Ahora se preguntaba cómo pasaría esta Navidad en Westchester porque los Xavier debían tener sus costumbres propias. Quizás serían diferentes y eso la volvería especial.

Emma opinó, sacándolo de sus cavilaciones.

─Charles parece una excelente persona. Siempre me pregunté si algún día sentarías cabeza nuevamente y quién sería la afortunada porque estaba convencida de que se trataría de una mujer, pero ─ rio ─, como siempre me sorprendiste, Erik.

─Si me preguntaras cómo ocurrió todo, no sabría por dónde empezar ─ confesó Magneto con la mirada en lontananza ─. Solo podría decirte que cerca de la primavera llegué a esta casa siguiendo el rastro de James Howlett para que me ayudara con Peter. Sabía gracias a ti que era un mutante y...

Emma notó que calló y que su mirada se tornó sombría.

─ ¿Qué había ocurrido con Peter? ─ preguntó, preocupada.

─Estaba encinta, el padre de la criatura alejado, y enfermó ─ contó Erik con la voz temblorosa ─. Lo traje para que lo ayudaran pero hubo que interrumpir la gestación ─ suspiró ─. Al menos de esa manera, le salvaron la vida.

─ ¡Oh, pobre! ¿Cómo se encuentra ahora?

─Aquí lo ayudaron a recuperarse ─ contestó Magneto y tomó aliento ─. Son gente buena, Emma, aun la madre de Charles que no es mutante. Ahora él está en Edimburgo con Howlett y su hija, y regresarán de un momento al otro.

─Es muy atento de parte del señor Howlett haber llevado a Peter de viaje para ayudarlo en su recuperación ─ comentó Emma y miró a su amigo, suspicaz. Erik se había sonrojado ligeramente ─. ¿Hay algo más que quieras comentarme de él y de Peter?

El Misterioso Visitante. (Cherik - Wolvesilver)Where stories live. Discover now