XIII

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Dedicado a KiKaLoBe y un gran agradecimiento por su ayuda.

Una mención para @LuzAlvz.

XIII

Logan y Erik dejaron amarrados los caballos a pocas cuadras del laboratorio para adentrarse en las callecitas estrechas por donde se les dificultaría el tránsito con animales. Eso sin contar que no había nadie en la acera porque era de madrugada y no querían despertar sospechas entre los vecinos con el ruido de los cascos. Llegaron hasta la fachada del lugar y Logan se frotó la nariz por el olor a químicos, algunos imperceptibles y otros más intensos, que su olfato sensible captaba. Magneto le había comentado antes de llegar a la ciudad la información que tenía. Sin confesarle como a Charles que Trask había sido su objetivo hasta que la tragedia de Peter cambió sus planes, le dio detalles del espacio: el edificio consistía en un largo pasillo con distintas habitaciones conectadas a través de él. Además del laboratorio, donde el científico guardaba los fármacos, había una sala de experimentación, una salita de servicio, una cocina estrecha y dos salones donde podía recibir a sus escasos invitados. Los prisioneros se encontraban encerrados en celdas en el sótano y aunque últimamente sus acólitos no contaban con información sobre nuevas capturas, debía tener a algún mutante encerrado además de Laura. Al subsuelo se accedía por una escalera al final del pasillo.

Por tratarse de una fachada estrecha, rodeada de dos casas pegadas a ella, Logan dedujo que debía haber alguna ventanilla que oxigenara el sótano hacia el exterior. Con la lumbre de la linterna, Erik encontró un tragaluz a la altura del sócalo. Logan se agazapó y captó el aroma de dos personas allí abajo: una le era desconocida y la otra era su hija. Magneto pensó en liberar con su mutación el hierro de la rendija pero la abertura era demasiado estrecha, aun para el tamaño de Laura. No les quedaba más opción que entrar por la puerta principal.

De pie frente al pórtico, Erik extendió las manos para captar el metal de armas: percibió cinco pistolas y las hojas de varias armas blancas, que se mezclaban con las herramientas metálicas de la sala de experimentos. Le hizo una seña a Logan con los dedos para indicarle el número de pistolas. Este le asintió y rompió la puerta de madera de una patada. Fue un golpe seco para realizar la menor cantidad de ruido posible. Solo la madera pronunció un estruendo al chocar contra el suelo pero era inevitable. Entraron a las corridas para cruzarse con los hombres armados adentro y tomarlos de sorpresa. En cuestión de segundos, los guardias, que pertenecían a la patrulla anti mutante, salieron de distintas zonas. Howlett se puso en posición de ataque, sacando con furia y orgullo a relucir sus cuchillas, pero Magneto no le dio tiempo ya que con un ademán despojó a los hombres de sus pistolas, espadas y puñales, y con el metal de sus cintos e insignias del uniforme, los estrelló contra la pared. Los guardias golpearon sus cabezas y cayeron inconscientes. Dos gimieron y Erik les arrojó en el rostro sus propias armas para desmayarlos cuando pasó con Logan a su lado.

En medio de la ansiedad, al lobo le llamó la atención que no los matara pero entendió que Magneto tenía otro blanco.

─Baja al sótano para sacar a tu hija ─ le ordenó Erik con voz de mando.

Los dos mutantes cruzaron miradas. Logan estaba desesperado por liberar a Laura y Magneto tenía una calma fría en los ojos, que causaba miedo.

─Apúrate, Howlett ─ insistió.

─ ¡Papá! ─ era el grito inconfundible de la niña.

El lobo salió a correr tras la escalera. Así, aunque no lo aprobara, dejó solo a Erik para que se ocupara de su misión. Magneto caminó tranquilo por el corredor, concentrado en los metales que iba percibiendo: utensilios, vajillas, herramientas quirúrgicas. Se detuvo junto a la puerta donde percibió esto último, y bajó con parsimonia el picaporte. Empujó y adentro se encontró con Trask, escudado por una larga mesa de madera, con un escalpelo en la mano a modo de defensa. Erik entrecerró los ojos con gélido asombro. Se había imaginado a su enemigo como a una persona atemorizante y ahora se encontraba con un nombre pequeño, vestido con un traje elegante debajo de un pulcro delantal blanco, que lo miraba aterrado detrás de unos lentecitos redondos.

El Misterioso Visitante. (Cherik - Wolvesilver)Where stories live. Discover now