El Misterioso Visitante. (Cherik - Wolvesilver)

XVI

Dedicado a KiKaLoBe y un gran agradecimiento por su ayuda.

Una mención para @LuzAlvz.

XVI

Recién después de la cena, Charles y Erik quedaron libres para estar a solas y tranquilos. Fueron a los aposentos del Duque, que ya Magneto sabía de memoria al igual que el cuerpo de su amante, que a su vez conocía el suyo como a la palma de la mano. Se amaron en el lecho, revolcándose en el colchón y riendo entre besos y mordiscos. Tras aplacar las ansias de amarse, en parte producto de la incertidumbre por el secuestro y el regocijo por la noticia, y en gran parte por las ganas que habían surgido por la prolongada ausencia, quedaron acostados y desnudos boca arriba: Erik con un brazo debajo de la almohada y Charles apoyando las manos a la altura del pecho. Erik cerró los ojos. Su amante buscó la mano que le quedaba libre y se la llevó hasta el vientre. Sin abrir los párpados, Magneto sintió la textura de la piel y el calor, los abrió y volteó sobre la almohada para observar a su amor. Sonrió.

─ ¿Puedes sentir algo ya? ─ preguntó Magneto intrigado y enternecido.

─Todavía nada ─ respondió Charles con suavidad.

Erik volvió a sonreír pero quedó callado. Respetando su silencio, el Duque permaneció contemplándolo. Se decían nada y todo con las miradas. De a poco, relajados con la presencia del otro, fueron cayendo en un letargo y Charles se durmió enseguida. Magneto siguió despierto mientras pensaba en los cambios que había vivido desde que conociera a su amante. Por los actos sanguinarios que había realizado en la última década, la violencia con la que asesinó a Trask le era familiar, es más, sentía que el científico se la merecía y que hasta de cierta forma había llegado a ser clemente por matarlo casi sin dolor; pero tras estos últimos meses viviendo tranquilo y feliz en Westchester, su mente estaba confundida. Magneto nunca había puesto en duda su accionar violento y la venganza para él tenía sabor a justicia, mas ahora, acostado junto a Charles y con la mano apoyada contra su vientre, se planteaba por primera vez si sus misiones habían valido la pena. Él las fundamentaba sosteniendo que luchaban una guerra, sin embargo, el rostro pacífico y dormido de su amante, mutante como él, la vida relajada que lo invitaba a vivir con una nueva familia, lo estaban haciendo vacilar en cuanto sus ideales, no de la defensa de los mutantes ya que las personas que más amaba, Charles, Peter y con seguridad su próximo hijo, lo eran, sino de la violencia que empleaba para conseguir sus objetivos. Tal vez Charles tuviera razón y podrían trabajar juntos para ayudar a sus hermanos sin necesidad de derramar más sangre. La patrulla anti mutante era cruel y agresiva, por eso Magneto y sus acólitos le habían respondido de esa forma pero ahora el Duque, con su carácter pacífico y solidario, le estaba enseñando que podía haber otro camino. Era una posibilidad que ahora Erik no descartaba.

Con cuidado, retiró la mano del vientre para cubrir el cuerpo desnudo de su amante con la sábana. Después el sueño le fue ganando y él también se durmió.

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Peter pasó la noche con las manos cruzadas debajo de la nuca, apoyada sobre la almohada mullida, mirando el techo aterciopelado que formaba el dosel de su cama. No podía dejar de pensar en su padre feliz con el Duque, que le darían un nuevo hermano. Se sentía extraño saber que tras perder a Nina tanto tiempo atrás, al fin volvería a tener uno. Pero lo que más lo fascinaba era saber que de ahora en más viviría en Westchester sin tener que preocuparse por abandonar algún día esa casa. Claro, más adelante seguramente se casaría y se marcharía de allí, "un momento," se interrumpió mentalmente, ¿casarse? No, definitivamente era imposible. Peter había quedado desilusionado con Warren y el dolor que aun sentía por la pérdida de su hijo lo hacía dudar de formar una familia algún día. Despacio, se fue haciendo un ovillo entre las sábanas y quedó de lado, observando el lecho vacío de su padre. Estaba cansado de estar triste y ponía lo mejor de sí para salir adelante pero su desengaño amoroso y, especialmente, su hijo muerto le quitaban la alegría. Además, Charles estaba encinta y se vería forzado a convivir en los próximos meses con situaciones que le recordarían a su bebé. Peter se frotó la nariz, mientras se planteaba que la vida no sería fácil para él. Estaba rodeado de gente que lo apoyaba y él hacía su mejor esfuerzo pero su tragedia, una y otra vez, se le colaba en el corazón sin que la buscase.