El Misterioso Visitante. (Cherik - Wolvesilver)

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Dedicado a KiKaLoBe y un gran agradecimiento por su ayuda.

Una mención para @LuzAlvz.

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Estaban a mediados de julio, atravesando el verano y ya amanecía más temprano. Por eso Magneto parpadeó cuando los primeros rayos del alba se colaron en la habitación del Duque. Estaba dormitando boca arriba en el lecho de su amante, con la sábana cubriéndolo hasta el estómago desnudo porque Erik estaba acostado sin ropa y sus prendas se encontraban esparcidas por el suelo, al igual que las de Charles ya que, como cada noche, se encontraban descansando después de hacerse el amor.

El telépata estaba acostado de lado, dándole la espalda y durmiendo profundamente. Erik dudó si despertarlo o no antes de marcharse a sus aposentos. Finalmente se inclinó para besarle la cabeza y Charles lo sorprendió abriendo los ojos, sujetándolo de la cintura y haciéndolo rodar en el colchón. Erik quedó debajo con su amante encima, mirándolo con picardía y diversión.

Los dos rieron. Juntos se sentían jóvenes, enérgicos y felices. El Duque lo besó apasionadamente y eso fue incentivo suficiente para que Magneto se excitara. Ya estaban desnudos y descansados así que una vez más se hicieron el amor.

Ahora el bosque que rodeaba la casa ya estaba iluminado con el sol nublado porque había nubes cubriendo el cielo. No sería la mañana soleada que afortunadamente les había tocado los últimos días, pero sí cálida y fresca.

Una vez que acabaron de amarse, Erik permaneció desnudo boca arriba otra vez. Charles se recostó contra su cuerpo, mientras él le acariciaba el cabello y jugaba con sus ondulaciones.

─ ¿Puedo preguntarte algo? ─ pidió el escocés y bostezó. Enseguida se irguió un poco para que se miraran de frente. Los ojos de Magneto tenían un destello metálico producto de la media luz que comenzaba a colarse en la recámara ─. ¿Qué misión tenías que cumplir en Edimburgo? ¿Por qué estabas viajando hasta allí?

Erik le sonrió y recorrió con la punta del índice el contorno de la nariz de su amante. Charles sabía perfectamente quién era, en qué consistían sus misiones y la pregunta le pareció justa. A nadie más se la podría haber respondido pero le tenía tanta confianza al Duque, que no dudó en contestar.

─Venía a encargarme del doctor Trask ─ confesó ─. Tenía pruebas de que posee un laboratorio en la ciudad donde ha experimentado con nuestra gente. Venía a darle su merecido, pero pasó lo que pasó con Peter y mis planes se truncaron.

Charles pasó saliva.

─ ¿Venías a matarlo? ─ tenía que quitarse las dudas o, mejor dicho, oír la declaración de sus labios.

─Quería que cumpliera por sus crímenes ─ replicó Magneto con calma. Charles lo miró intensamente y notó que no había titubeo en su voz ni en su mirada: Erik estaba convencido de lo que hacía ─. Nuestra gente no tiene a nadie que la proteja, tú, yo, Howlett, su hija, mi hijo, estamos protegidos; tú y tu amigo desde su posición social, Peter y yo porque sé defenderme y tengo contactos, pero la inmensa mayoría mutante no. Lo que hago puede parecer a los ojos de extraños asesinatos a sangre fría pero en una guerra no hay asesinatos sino actos de valor.

El Duque no podía apoyar su argumento. Frunció el ceño y se apartó de su lado para sentarse en el colchón. A Erik no le molestó su actitud y continuó acostado tranquilo.

─Te enojas porque no me comprendes, Charles.

El escocés volteó hacia él. No estaba enojado sino inquieto.

─Si existiera otra salida, ¿dejarías de hacer lo que haces?

─No existe otra salida ─ contestó Erik sombríamente ─. Somos los mutantes contra la sociedad.