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Estábamos yendo con Jeong y Nayeon a una plaza que queda cerca de aquí.
Estuve enferma la última semana, dolor de garganta, insoportable, no me podía ni mover de la cama, Jeongyeon me cuidó, estuvo casi todo el tiempo que se le permitió a mi lado. Hablamos de infinidades de cosas, tanto ella, como yo, nos pudimos conocer a fondo. Le hablé de Dahyun, más que como amiga, y me entendió, tampoco me juzgó.

Antes de enfermarme logré presentarle a Nayeon, pues como me había caído bien nos volvimos a juntar, y yo llevé a Jeong de paso, vale aclarar que se cayeron de maravilla, hasta me dejaron de lado en un momento, pero no importa.

No sé porqué razón estamos yendo a la plaza, ellas tan solo me dijeron y yo acepté, desobligué a Jeongyeon de sus tareas y vinimos.

También me enteré que Jeong está comprometida, aún no conoce al hombre pero dijo que no falta mucho tiempo para que se encuentren. Aunque Nayeon sí, y nos habló cosas muy buenas de él, lo que me deja más tranquila, que mi mejor amiga coreana está en buenas manos.

—Llegamos. — anunció Nayeon.

—Por fin, ya me estaba aburriendo de escucharlas hablar.

—Qué exagerada, solo fueron 20 minutos.

—Si tú dices, de todas formas, ¿Qué hacemos aquí? No traen ninguna canastita.

—Ah sí, eso... — Jeongyeon vociferó.

—Eso...

—Nosotras no nos quedaremos.

—¿Cómo qué no? Entonces que se su- — no pude terminar la oración, que justo vi caminando hacia nuestra dirección a una chica que me hace muy feliz.

—Jeje, sorpresa.

—¿Ustedes la llamaron? — se me había formado una sonrisa inconciente.

—Sí, es que no parabas de hablar de ella, y bueno, de lo otro, entonces me pareció buena idea.

—No lo puedo creer.

—¿Te molestó?

—¿Molestarme? Para nada, gracias amiga.

—De nada, igual nos costó que aceptara, como no nos conocía, y además dijo que tenía problemas con el horario y no sé qué más. — Nayeon también sabía sobre mi enamoramiento, gracias a la boca floja de Jeongyeon que se le escapó.

—Oh. — ya sé a qué se refiere con lo de los horarios, pero no le contó todo. — Bueno, gracias chicas.

—Si si, de nada, adiós. — Dahyun estaba a unos pasos de distancia, así que Nayeon agarró a Jeong de la muñeca y se fueron.

—Hola unnie. — vio como se iban las otras dos.

—Hola Dubu.

—¿Ya te sientes mejor?

—Ahora que te veo mucho mejor.

—Oh... — se sonrojó. —Hice galletas. — levantó la mano y me mostró una canasta llena de harinas y azúcares.

—Se ven riquísimas.

Dubu trajo una lonita, y la puso en el piso para que nos sentáramos, nos fuimos a un lugar medio alejado, no es que hubiera alguien en la plaza, pero por las dudas que nos miren extraño, y además nos gusta la privacidad.

—Tanto tiempo sin vernos.

—Solo pasó una semana unnie.

—A mí se me hizo eterna.

—Qué tierna, aún así yo también te extrañé.

Awww. Me sacó una gran sonrisa.

—A ver cómo están esas galletas. — me pasó una y la degusté. —Mmm qué delicia.

Culpable de amarte || SaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora