Templario Sin Nombre (Zed)

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Mis manos están manchadas de sangre, al menos esa es la forma en la que las percibo en este preciso instante. Un tono intenso y carmesí, puedo incluso oler el aroma ferroso de dicha sustancia.

-¿Dónde me encuentro?-Dije para mi mismo, pero lastimosamente, hacía mucho tiempo que no era capaz de hablar a solas. Daba igual cuanto lo deseara, sería imposible mientras las voces estuvieran ahí.

"Has hecho esta pregunta mucho tiempo muchacho, pero no te preocupes. Nosotros estamos para recordarte..."- Eran ellos...

Oh, si... es verdad.

Esta nave pertenecía a gente la cual odiaba, los estaba persiguiendo porque estaban en mi camino, protegían a alguien a quien detestaba, en estos momentos me encuentro en uno de los baños de la misma.

Abrí el lavabo para limpiarme las manos, y cuando el agua cayó, mis manos aun permanecían intactas. Como si lo que estuviera viendo ni siquiera se tratara de algo legitimo.

-¿Quiénes eran esas personas? ¿Esta tripulación?... ha pasado ya mucho tiempo.

"No son dignos de ser recordados. Los nombres de los débiles e imperfectos, se olvidan..."

-...Se que no es así, les daré el crédito que merecen; tuvieron mucha osadía de tratar de interferir conmigo.

-¿De quién es esta sangre?-

"Puede ser de cualquiera menos de nosotros..."- Contestaron en un tono malicioso.

Las voces del Ora, se escuchan muy similar a mi, puede llegar a ser tan confuso que hay momentos en los que dudo de si lo que escucho proviene de ellos, o directamente de mí.

-¿Nosotros? ¿Quiénes?- Pregunte confundido.

"Si, chico... tu y nosotros somos uno mismo."

-¿Desde cuándo es así?

"Incluso antes de conocernos..." Finalizaron en un tono malicioso, a pesar de ser una respuesta vaga, por algún motivo me basto.

-¿Lo que estoy viendo es algo real?- Hablé directamente con el reflejo del baño, y al mirarme, noté una diferencia más que evidente; mis ojos son carmesí, y el Zed reflejado poseía un iris de un tono azulado eléctrico.

"¿Por qué no vuelves a mirar tus manos, chico?"

Al escuchar la sugerencia del ora, noté como las manchas rojizas y el olor férrico habían desaparecido. Era una ilusión, nada de lo que vi fue real.

-¿Qué hay de mi edad?

"El tiempo ha dejado de importar para nosotros, nunca envejecerás. Tampoco hay un registro. Deja de lado esas banalidades..."

-¿Quién soy?

"Busca en tu interior y recordaras la respuesta. Siempre la recuerdas..." Comentaron en un tono hipnotizante, tan invitante y convincente a la par que malicioso el cual me forzó a hacerles caso.

-Soy superior al resto... más fuerte, más resistente, la forma de vida perfecta...

"Querrás decir, somos" Intentaron corregirme, y fue ahí donde recordé lo mucho que me molestaba que trataran de inmiscuirse en mí.

Ellos no eran más que una herramienta, un medio para conseguir lo que buscaba, una entidad simbiótica que me protegía...

¿Pero en verdad era así?

Hay veces en las cuales ellos tratan de controlarme, sin embargo yo soy mucho más fuerte, soy capaz de resistir a la influencia de ellos sobre mi cuerpo; aun así. Tengo la impresión de que hay momentos en los que ni yo me doy cuenta de que me manejan a su antojo.

Estrellas Sin BrilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora