Capítulo 43

19.9K 1.9K 188
                                    

Débora

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Débora

Después del incidente con Sharon en los vestuarios, me fue rápidamente a ensayar. Al no haber clases, la mayoría de las aulas estaban desiertas. El único problema era que a pesar de que estas estaban vacías, los pasillos hervían de vida. Mentalmente pensé en que clase, piso o pasillo habría menos ruido, y enseguida supe dónde ir. Dejando a la multitud tras mis espaldas, fui subiendo de dos en dos los escalones que llevaban al segundo piso de la escuela. Sin detener mis pasos avance hasta llegar a la última puerta del pasillo. Sin nadie que me molestase o me observarse, deje mi bolsa en una de las esquinas y poniendo el cd de música en el reproductor, espere a que sonasen las primeras notas.

Repetí la coreografía una y otra y otra vez, hasta que vi en el espejo el reflejo del reloj. Este, caprichoso como siempre y sin hacer caso a nadie, ya marcaba las diez y veinte. Quitándome con la toalla los rastros de sudor, fui hasta mi maleta a por el agua. Una vez toda la sala quedó recogida, me fui a la puerta lista para bajar y ver a mis amigos. Mi mano se cerró en torno al pomo y dio un tirón para abrirla, más la puerta siguió cerrada. ¿Pero qué? Pensando que tal vez había abierto hacia el lado equivocado, dios sabe que me pasa a menudo, volví a intentar abrir la puerta de nuevo. El resultado fue el mismo: nada. Sin saber que hacer seguí dando tirones al pomo para ver si estaba trancada, pero tras varios intentos me di cuenta de lo que estaba pasando: alguien me había encerrado. Al darme cuenta, mi primer instinto fue coger mi móvil y llamar a Abigail, pero en seguida me di cuenta de que no lo tenía, este estaba en mi habitación cargándose. Me cago en todo. Dispuesta a encontrar una manera para salir de allí, me dirigí a las ventanas de la clase que daban al pasillo y traté de abrirlas. Nada. Mirando a través del cristal vi como una figura se alejaba por el pasillo con calma. Desesperada di golpes a la ventana para hacer ruido, pero la figura siguió su camino como si no me pudiese escuchar. Al mirar al pomo de la puerta del pasillo, vi lo que me impedía salir. Alguien había atado un extremo de una cuerda al pomo de mi puerta y el otro extremo lo había anudado a la puerta de la clase de al lado. ¿Pero quién diablos tenía una mente así de retorcida? Al instante un nombre apareció por mi cabeza: Sharon. Pero a pesar de que mi mente me decía que era ella la culpable, una parte de mi dudaba. La figura que había visto alejarse no se parecía a ella Quitándome eso de la cabeza me centre en los más importante, salir de allí. Minutos más tarde cuando el reloj marcaba las diez y cuarenta, al ver como nadie escuchaba mis gritos y golpes a la puerta, decidí cambiar de estrategia y abrir las ventanas que daban a la parte trasera de la escuela. Estas al estar elevadas no habían sido manipuladas y las pude abrir sin problemas. Al asomarme analicé mis posibilidades. Se trataba de un segundo piso, así que si decidía saltar, lo más probable es no muriera, pero que acabase con el tobillo lesionado. Al estar en la parte trasera de la academia junto al bosque, nadie se atrevía a pasear por allí, por lo tanto el lugar estaba completamente vacío y sin gente a la que pedir ayuda. Ya cuando pensaba que mi única opción sería trepar por la tubería a mi derecha, escuché unas voces. Sorprendida me giré y corrí hacia la puerta.

-Aquí -grité mirando al reloj que marcaba las diez cincuenta y dos. Me quedaban unos pocos minutos para llegar a la prueba o quedaría descalificada. Alejándome de la puerta, miré por la ventana para saber de quiénes eran esas voces. Casi lloré de la emoción al ver que eran Luca, Abigail y Tatiana. - Chicos -grite haciendo ruido- Aquí. Estoy aquí.

- ¿Débora? -escuché como gritaba Abigail mientras corría hacia donde estaba atrapada. Tras ella le siguieron Luca y Tatiana. Al llegar a la ventana me miró. Su cara era todo un poema y estaba segura que la mía tenía exactamente la misma expresión estupefacta y sorprendida- ¿Pero qué diantres ha pasado aquí fresita? -me preguntó mirando la puerta.

-Lo que ha pasado es que alguien no quiere que me presente a la final Abi.- le dije cabreadísima- Daros prisa, que solo quedan cinco minutos para llegar. -corriendo Luca comenzó a desatar el nudo de mi puerta. Dos minutos más tarde, al fin pude salir de esa maldita clase.- Gracias chicos -dije dándoles un abrazo- ¿Cómo me habéis encontrado?

-Al ver que no llegabas a la hora que habíamos quedado, nos empezamos a preocupar -dijo Luca abrazándome con fuerza- Tú nunca llegas tarde a ningún lugar, eres una maniática del control.

-Exacto.- corroboro Abigail- Al ver que no llegabas empezamos a buscarte por todo: en los vestuarios, baños, clases pero no te encontrábamos. Así que Tatiana nos comentó sobre este pasillo.- dijo Abi mientras pasaba su brazo sobre los hombros de Tatiana y a acercaba al grupo.

-Pensé que tal vez habías decidido subir a estas clases vacías para que nadie te molestase.- dijo con una sonrisa. Lo único que le faltaba a esta chica era el halo y las alas de ángel. Sin duda hoy había sido mi ángel de la guarda.- Es lo que yo hubiese hecho.- dijo mirándonos sonrojada.

-Eres mi salvadora Tatiana.- le dije dándole un abrazo de oso- Pero ya basta de tanta cháchara. He de irme corriendo o me descalificaran.

Y así los cuatro salimos disparados hacia el piso de abajo. Quedaban apenas dos minutos para que llegase al aula. No podía fallar, no podía quedar descalificada de esta manera.

¿Quién creéis que ha sido el culpable?

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¿Quién creéis que ha sido el culpable?

¿Qué opináis de la dulce Tatiana?

[Vota y comenta si te gusta. ¡Son solo dos segundos!]

La Perdición del Lobo [1] ✔Where stories live. Discover now