Capítulo 34

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No me matéis, ya sabéis que yo os quiero.

¿Qué pensáis de la pulsera? 

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Amoos

Me pase toda la mañana del miércoles viendo a gente repetir la misma rutina. Para cuando le tocó a la décima persona, desconecte. Mis pensamientos como siempre se fueron a Débora. Anoche cuando la acompañe al trabajo no dejaba de pensar en cómo darle mi regalo. No quería que pensase que era un idiota demasiado sentimental a pesar de que lo era desde que la había conocido. La pulsera era una manera de mostrarle quien era. El colgante de la bailarina claramente era ella. A su lado la luna, que a pesar de unirnos, era también la causa de nuestra separación. Y finalmente el lobo Era mi manera cobarde de explicarle quién era y nuestro destino. Ensimismado como estaba pensando en ella, no me di cuenta de que había llegado la hora de anunciar quienes pasaban y quienes no. Me limité a observar y escuchar los nombres. No comprendía porque me habían pedido participar en esto. Sinceramente, solo había aceptado para pasar más tiempo con Débora, pero al parecer eso no iba a pasar.

Tras nombrar a los afortunados que pasarían a la siguiente fase, la sala se fue vaciando poco a poco. Diez minutos más tarde me encontraba solo en ella, recogiendo mis cosas para ir a buscar a mi chica. Sonriendo decidí pedirle una cita. Quería llevarla a una cena de gala que iban a dar en mi casa de aquí a una semana. Era un evento para recaudar dinero y donarlo a los más necesitados. Iba a ser la ocasión perfecta para presentarla a mi manada y pedirle ser mi novia.

-Holi -sorprendido por la inesperada intrusión, deje caer al suelo mi chaqueta. Al darme la vuelta, vi a una chica un poco más baja que mi hermana. Tenía el pelo tan oscuro como el ala de un cuervo y los ojos de un azul frío y sin vida Tarde menos de tres segundos en reconocerla. Hace unos años la vi en el bosque persiguiendo a un joven. Aquel día habían logrado sortear la vigilancia nada menos que tres vampiros. No pudimos salvar la vida del joven, y ella tuvo que presenciarlo todo. Vio como los vampiros perseguían a su amigo. Vio como lo asesinaban. Nos vio a nosotros. La pobre no pudo soportarlo y cayó desmayada en el suelo. Uno de los míos llevo el cuerpo casi sin vida al borde del bosque, para que pudieran intentar salvarlo. Yo sin embargo, me encargué de llevarla donde se encontraban el resto de adolescentes borrachos. Nunca más supe nada de ellos -Uy perdón. Te he asustado.- dijo entre risas mientras me cogía la chaqueta.

-No pasa nada, tranquila.- le dije sonriendo- Solo es que eres muy silenciosa. No he podido escucharte llegar.- añadí sorprendido. Discretamente olfatee la sala. Nada. No podía oler nada en ella.- Perdona ¿Cómo dices que te llamas?

-Sharon.- dijo ella con voz aguda y tendiéndome la mano sonriente- He escuchado hablar mucho de ti. -me confesó susurrando- Creo haber escuchado que estas saliendo con una pelirroja de la Academia.

-Si. Salgo con Débora.- dije sonriendo al pensar en ella- No me había mencionado nunca que erais amigas.

-Somos íntimas- dijo mientras se acercaba a mi y me pasaba la mano por el brazo. Mentalmente trate de imaginarme a Débora y Sharon juntas me costó la vida.

La Perdición del Lobo [1] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora