Capítulo 42

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Es un capítulo breve pero intenso, como un cortado.

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Débora

Me despierto antes de que suene el despertador y comienzo a prepararme. Estoy llena de energía y con los nervios a flor de piel. Tras lavarme la cara y vestirme, salgo de mi habitación y me dirijo al salón. Poniendo los ojos en blanco observo a Luca dormir con la boca abierta y roncando. Siempre que iba a dormir a su casa roncaba y no me dejaba dormir, por eso al final acabé comprando unos tapones para las orejas. Me pregunto dónde estarán Dejando atrás al baboso bello durmiente, me voy a la cocina y empiezo a preparar el desayuno para los dos. Yo era una de esas personas madrugadoras, prueba de eso es el reloj de la cocina que marca las siete y diez, pero Luca era ese tipo de persona que siempre alargaba la hora de dormir. Es por eso que había decidido dejarlo dormir hasta el último minuto. Diez minutos más tarde cuando hube terminado de prepararlo todo y de desayunar mi bol de fruta con yogurt, fui a despertarlo para que se vistiera.

-¿Recuérdame por que te dije que quería ir a verte?-me pregunto con los ojos cerrados mientras se iba a mi habitación a vestirse.

-Porque querías ver donde estudió y quieres animarme. - le recordé mientras comenzaba con los estiramientos en el salón- Cuando estés listo ves a la cocina que te espera el desayuno.

-Okey -murmuró desapareciendo en mi habitación y cerrando la puerta. Si en diez minutos no salía tendría que entrar y despertarlo. No era la primera vez que se quedaba dormido cuando no le vigilaba Mis sospechas esta vez no fueron ciertas, y cinco minutos más tarde salió y se fue a la cocina. Una vez estuvimos los dos listos, cogí las llaves de mi casa y nos fuimos a la escuela. A parte de estar nerviosa por el concurso, también me preocupaba que Luca y Abigail no se llevasen bien. Sabía que Luca solo iba a quedarse unos días, pero quería que mis amigos no se odiasen. La caminata a la academia se me hizo más breve que nunca. Gracias a las risas y historias que me contaba Luca, llegué más calmada. En la entrada pude ver la melena rubia de Abigail. Estaba riéndose junto a Tatiana. Últimamente pasaban mucho tiempo juntas.

-Hola Abi.- la salude mientras subía las escaleras.

-Hola fresita. ¿Nerviosa? -me pregunto mientras me abrazaba.

-¿Fresita? -pregunto riendo por lo bajito Luca. Al instante le di un codazo en las costillas para que se callase. Funciono.

- Un poco.- dije riendo mientras movía las manos- Por cierto, este es Luca. Mi amigo de la infancia. Luca esta es Abi, y ella es Tatiana.- dije señalando a mis amigas.

-Hola -saludo Tatiana con una sonrisa tierna y tímida.

-Hola Luca, encantada de conocerte -una vez le hubo dado dos besos, se acercó a él y con una sonrisa cómplice le susurro- Tienes que contarme todos los trapos sucios de Débora. ¡Nunca nos cuenta nada!

-Solo si tu me cuentas los trapos sucios que yo no se- le susurro riendo Luca.

-Trato -dijo Abigail apretando la mano de Luca. ¿Pero qué demonios acaba de pasar? Esto no puede ser nada bueno De camino a la cafetería, Abigail y Tatiana no paraban de reírse con todas las historias bochornosas que Luca estaba contando. Pasamos media hora en la cafetería, haciendo tiempo para que el reloj marcase las 9. Acabándome el café, me levanté de la mesa y me despedí de ellos. Las pruebas eran a las 11, y tenía pensado practicar un poco antes. Una vez acordamos que nos veríamos a las diez y media fuera de la clase de las audiciones, me fui a los vestuarios. A pesar de que la idea de dejar a Luca con esas dos locas me preocupaba, estaba segura de que él no diría nada sobre mi pasado más oscuro. Confiaba en él, tanto como él en mí.

A pesar de que las clases se habían cancelado por el concurso, en los pasillos y vestuarios había bastante gente. Supongo que la final era lo suficientemente interesante como para madrugar. De camino a mi taquilla, tuve que sortear varias miradas de odio y celos por parte de mis compañeras. Sabía, gracias a los rumores que recorrían los pasillos de la academia, que muchas consideraban injusto que me hubiesen dejado participar. Que era una extraña y que nadie me conocía realmente. Incluso llegué a escuchar el rumor de que mis padres eran mafiosos y que por eso nunca estaban por la zona ¡Madre mía qué panorama más surrealista!

Abriendo la taquilla y sonriendo, saqué mis cosas y me vestí para ir a ensayar. Cuando me disponía a irme, apareció tras unas taquillas la última persona con la cual quería hablar en esos momentos Sharon.

-¡Hola Debi! -suspirando me recordé mentalmente que no valía la pena discutir con sus dos neuronas- ¿Nerviosa por competir junto a mi? - estuve tentada a taparme las orejas ¿por qué tenía que ser su voz tan aguda y desagradable?.

-Hola Sharon -le respondí mientras camina hacia la salida- No estoy nerviosa, gracias por mostrarme tu preocupación.

-¡Hey no te vayas! -me dijo mientras corría para ponerse a mi lado- Solo quería hablar un rato contigo Debi. -poniendo los ojos en blanco y suspirando cansada, me giré para mirarle.

- Muy bien, te escucho.

-Quería pedirte disculpas por lo que pasó el otro día.- dijo mientras se tocaba las puntas del pelo y las observaba- No debí haber besado a tu amigo Amoos

-Mi novio -le corregí mientras comenzaba a caminar de nuevo hacia la salida. ¿Era antes este pasillo tan largo o simplemente Sharon es tan cansina que se me esta volviendo eterno?

-¿En serio? -curiosa me giré para mirarla. Su tono había cambiado. Ya no era ese horroroso sonido agudo.- Wow -exclamo sorprendida- Bueno enhorabuena.- dijo sonriendo falsamente mientras acariciaba mi brazo- Realmente besa genial tu novio. -durante una fracción de segundo pensé en lo tentador y satisfactorio que sería cerrar mi mano en un puño y estamparlo en toda su boca, pero me contuve. No porque me faltaran ganas, sino porque sabía que eso era lo que quería. Lo podía ver en sus ojos azules. Podía ver sus ganas de convertirme en una de sus víctimas.

-Si, realmente besa genial.- le dije sonriendo a mi vez- Lastima que tu no puedas volver a hacerlo. -y sin más, dejándole con la boca abierta y más dolida que si le hubiese pegado, me marché sonriendo satisfecha. Esa tía no iba a poder conmigo.

¿Débora le ha dejado mal o le ha dejado fatal a Sharon?

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La Perdición del Lobo [1] ✔Where stories live. Discover now