Capítulo 1.

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Solo necesita unos cuantos minutos para levantarse de la cama. Solo en unos minutos tendrá el ánimo suficiente para afrontar un nuevo día. Solo en unos minutos será capaz de fingir una sonrisa lo suficientemente creíble para que cualquier otra persona que se cruce en su camino no pueda ver lo miserable que se siente en realidad.

Pero algo es cierto, definitivamente no es el mejor día para Harry... Ni la mejor semana, ni el mejor mes, ni el mejor año. Vaya situación de mierda.

Han pasado ya dos semanas. Es suficiente, se dice a sí mismo cada mañana hablando con su subconsciente. Ya ha tenido suficientes días tratando de recuperarse del dolor que le causó la ruptura de su relación con Robert, suficiente depresión y despecho. Era de esperarse que terminara así de afectado luego de que su relación de siete años haya terminado por culpa de una infidelidad. Harry tenía planes de boda, ¡de boda!, y eso no se planea con cualquier persona. Le duele el alma, demasiado dolor para afrontar los siguientes días.

Tiene que salir adelante, tiene que hacerlo. Él es mucho más fuerte que cualquier adversidad, lo sabe. Sí lo sabe, ¿verdad? No puede permitirse el que un hombre acabe con su vida y su felicidad, tiene que ponerle un fin a esto.

Con ese pensamiento, y finalmente reuniendo las fuerzas necesarias, logra levantarse de la cama para salir a triunfar con la frente en alto.

O hará el intento.

Su oficina queda solo a dos cuadras de su casa, por lo que está allí en menos de veinte minutos. Observa detenidamente el cartel que cuelga en la parte delantera del local, donde con letras doradas se lee: Multifacetas C.A. Harry se siente muy orgulloso de su negocio, es algo que consiguió por sí mismo, ha puesto todo su esfuerzo y dedicación en levantar el local donde es su propio jefe. Había mantenido el local cerrado por las últimas dos semanas, demasiado desmotivado como para abrirlo y afrontar las relaciones públicas. Sin embargo, ha de admitir que extraña mucho su trabajo.

Al principio lo había convertido en un taller actoral, donde impartía clases de actuación para jóvenes adolescentes, y del cual salieron muchos futuros actores aprobados por él, pero eso fue antes de cerrar el taller y dedicarse a la personificación exclusiva. Siempre le ha gustado la actuación, y todo aquél que lo conoce lo considera un gran artista. Un artista completo. Ahora es dueño de su local de Multifacetas donde se encarga de personificar cualquier personaje que le encarguen, desde payaso en fiestas infantiles, mago, superhéroe, caricatura, animal, hasta trabajos adultos personificando abogados, doctores, profesores, cirujanos, bailarines exóticos, literalmente puede ser cualquier cosa.

Para Harry, la personificación es su vida. Tiene muchos clientes, es muy recomendado por todos a los que una vez llegó a servir. Darle vida a un personaje es una capacidad que se le da muy bien, le gusta, y lo disfruta mucho.

Cuando no tiene clientes en el local buscando que él haga magia con sus rostros, transformándolos en alguien más, le gusta recrear maquillajes en su propio rostro, a veces lee un libro o el periódico del día para estar informado con las noticias. Otras veces simplemente se pone a limpiar el local, o juega sudoku en su teléfono para no aburrirse.

Hoy es uno de esos días donde no tiene clientes y se aburre mucho. Se arrepiente de haberse distanciado de sus amigos por el hecho de que Robert no los apreciaba tanto como él hubiese querido. Lo peor que pudo hacer fue elegir a un novio sobre sus amigos. Ahora estaba solo en el mundo, sin familia y sin amigos. Fue su propia decisión alejarse de su familia, así como también fue su decisión alejarse de sus amigos y cortar toda relación con ellos para satisfacer a Robert. Es algo de lo que ahora se arrepiente mucho, siente una gran tristeza de la cual no puede desahogarse con nadie.

Cuando se encuentra a punto de cerrar el local debido a la hora, un par de gritos a media calle lo detienen de cerrar la puerta. Frunce el ceño al reconocer que gritan su nombre y se gira para saber de quién se trata, cuando distingue al chico rubio que viene corriendo en su dirección, sabe exactamente quién es, y se arrepiente inmediatamente de haber abierto el local porque todavía no tiene ánimos de conversar con nadie. Mucho menos con él en particular.

Femenino por Causalidad | Larry ✔️Where stories live. Discover now