CAPÍTULO 43. FAMILIA.

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*5 meses después*

Mañana era el cumpleaños de Alba y estaba revolucionada. Sabía que su madre y Alba le estaban preparando una fiesta, y cierto era. Llevaban días contactando con los padres para concretar número de niños, comprando toda la decoración y comida que habría en la fiesta. Lo bueno era que ya habían llegado las vacaciones de verano, y Alba tenía más tiempo para ayudarla, porque a decir verdad, a Natalia esto de organizar fiestas le dejaba sin paciencia, y contar de la mano de Alba, y que sería tan organizada, atenta y calculadora para todo era un regalo, y lo malo era que la niña al no tener cole, no estaban sin ella ni un segundo y por eso se enteraba de todo.

- Dios, estoy reventada -Dijo Natalia metiéndose en la cama junto a Alba.

- Mañana es el día mi amor, paciencia.

- No sé que hubiera hecho sin ti Alba, gracias por ayudarme con todo esto, de verdad -Se escondió en su cuello rodeandola por la cintura.

- Exagera' -Le acarició la espalda- Solo por ver la carita que va a poner mañana, merece toda la pena del mundo.

- Mi niña... 6 años ya -Suspiró nostálgica- ¿Cuándo ha pasado tanto tiempo que ni me he enterado? -Alba rio.

- Es lo que tiene, los niños crecen.

- Tendría que haber una vacuna o algo para que se quedaran pequeños para siempre -Alba echó a reír.

- Eres increíble -Susurró Alba.

- Lo digo en serio. ¿Que necesidad hay de que crezcan? Los niños viven en la ignorancia de este mundo y es lo mejor. Yo me los llevaría a todos al país de Nunca Jamás con Peter Pan, donde no se enteren de las desgracias de este mundo, donde no sufran ni por amor ni por nada, todo el día jugando y disfrutando de su niñez, sin preocupaciones ni nada que les amargue la vida ¿no es genial? -Preguntó ilusionada.

- Sí mi amor, y tú y yo con todos ellos.

- ¿Te imaginas? Que locurón.

En ese momento Alba conoció una nueva faceta de Natalia, los niños y su debilidad por ellos. Desde siempre, Alba recuerda que siempre decía que no iba a tener hijos, que no le gustaban y que no se sentía lo suficientemente madura como para tener a un niño bajo su responsabilidad toda la vida. Pero al llegar Alba todo cambió, la primera vez que la tuvo en brazos supo que era el mayor regalo que la vida la podría dar. Una sensación de plenitud instantánea en la que se dió cuenta de que no solo nació su niña, ella también nació. Pero tampoco hay que confundirse, ser madre no es nada fácil. Natalia no es de piedra, pero soportaría el más fuerte de los huracanes por su hija. Natalia no tiene siete vidas, pero daría la única por su hija, porque al final, es la única que ha escuchado su corazón latir desde dentro.

Natalia y Alba se levantaron un poco antes para hacer el desayuno a la cumplañera. Le hicieron unas tortitas con nutella que era su desayuno, comida y cena favoritos.

Después de tener todo preparado, entraron en la habitación con sutileza, con una torre de tortitas enorme y con una vela del número 6 en lo alto de ella.

- Cumpleaños feliz -Empezó a cantar muy suavemente Natalia.

- Cumpleaños feliz -Siguieron las dos al mismo unísono viendo como la pequeña ya empezaba a despertarse- Te deseamos todos, cumpleaños feliz ¡¡¡¡¡Bieeeeeeen!!!!! -Celebraron con gritos y palmadas Alba y Natalia.

- Feliz cumpleaños mi vida -Dijo Natalia sentada en el filo de la cama cuando la niña se la echó encima, momento en el que Natalia se la comió a besos.

- Sopla tesoro -Dijo Alba poniéndola la torre de tortitas delante de ella- Y pide un deseo.

La niña sopló con fuerza y esta vez se lanzó a los brazos de Alba, quien la achuchó lo más fuerte que podía.

SI DECIDES VOLVERWhere stories live. Discover now