CAPÍTULO 15. LA CITA

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El martes y el miércoles pasaron lentos y aburridos, llenos de nervios e incertidumbre para ambas, pero lo cierto era que tenían unas ganas enormes de que llegara esa noche.
Sabela acudió a casa de Natalia por la tarde, primeramente para ayudarle con el modelito -según Natalia- pero era más bien para calmarle y ocuparse un poco de la niña mientras Natalia se volvía loca.

- ¿Y donde la vas a llevar? -Preguntó Sabela sentada en la cama mientras la pequeña Alba la peinaba y Natalia se cambiaba de ropa una y otra vez.

- He reservado mesa en un restaurante asiático no muy lejos de aquí -Dijo mirándose en el espejo- Este no.

- Que romanticona estás hecha.

- ¿Mami ya voy a tener un papá como mis amigos? -Preguntó Alba inocentemente y Natalia se giró desconcertada mirando a Sabela.

- Cariño, mamá necesita tiempo para buscarle bien para asegurarse de que es bueno ¿no? -Dijo Sabela con cuidado.

- Chi... pedo yo le quiedo ya.

- No se puede todo tan rápido Alba... o, ¿prefieres tener un papá rápido y que no os guste y no os quiera? Será mejor buscarle bien ¿a que sí? -Continúo Sabela

- Chi... -Se quedó pensativa la niña.

- Pues ya está, a mamá hay que darle tiempo, y mientras tanto la vamos a querer como siempre o más ¿vale? -Dijo con ternura.

- Vale.

Sabela miró a Natalia quien tenía la vista nublada y la barbilla temblando. Se giró y se fue al baño donde se rompió a llorar apoyada en el lavabo.

- Ey cariño... -Apareció Sabela por la puerta y la sujetó las mejillas quitándole las lágrimas.

- No soy suficiente para ella Sab.

- Sí lo eres Natalia.

- No, no porque sino no diría eso joder...

- Ey escúchame. A veces no se puede dar todo lo que se pide. Todo llega a su tiempo y si no llega, con el tiempo Alba entenderá que tiene solo una madre, y bien buena. Ahora te vas a maquillar, te vas a poner pivón pivón y vas a ir a cenar con Alba, vas a disfrutar de la noche y de ella porque lo necesitas. Yo me ocupo de la niña, pero hoy, la noche es tuya así que desconectas y mañana ya si eso nos rayamos las dos ¿vale?

- Gracias Sabela, eres la mejor. -Rió a moco tendido

- Venga, al lío

Se puso unos pantalones negros anchos, una camiseta de manga larga de encaje y transparente que dejaba ver su sujetador negro. Pelo liso, eyeliner potente, labios rojos y un poco de colorete.
Se despidió de Sabela y de la niña y cogió el coche dirección a casa de Alba.

En cuanto llegó le mandó un mensaje lo
que hizo que bajará dos minutos después.
Alba salió del portal sonriente pero más sonrió Natalia al verla. Iba con un traje negro con la americana abuerta que debaja ver un top color beige que tan solo la cubría el pecho, dejaba ver su precioso abdomen plano y su escote sexy.

- Hola -Saludó montándose en el coche y dándole un beso en la mejilla que dejó sorprendida a Natalia- ¿Qué tal?

- Bien, ¿vamos?

- ¿Estás bien? -Se preocupó Alba por su sosaina

- Sí claro. He reservado mesa en un restaurante asiático, sé que te encanta

- ¡Ay, que ilusión! -Saltó en su mismo sitio dando palmaditas y a Natalia se la derritió el corazón.

Llegaron al restaurante y la tensión que deambulaba entre las dos se podía cortar con un cuchillo. Ambas estaban nerviosas y eso era algo que no se podía ocultar. A Alba le sorprendió la actitud de Natalia, pues no estaba guasona, sino como triste pero lo que Alba no sabía era que estaba así por su otra Alba

SI DECIDES VOLVERWhere stories live. Discover now