CAPÍTULO 21. DESPACIO

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Alba salió disparada a su armario ya que estaba en pijama. Se puso unos vaqueros, una sudadera y una cazadora de cuero y voló hacia casa de Natalia

*NATALIA*
No llames porfi
La niña está dormida

Se encontraba a menos de cien metros de su portal. Andaba con el pulso acelerado y el corazón en la garganta.
¿Quería eso? Claro que lo quería ¿Debía? Eso no lo sabía. Tenía miedo de volver a pasarlo mal, pero peor lo iba a pasar si se quedara con la duda.
Metió las manos en sus bolsillos y siguió el camino.

Subió por el ancensor hasta el quito piso y ahí estaba, apoyada en el marco de la puerta cruzada de brazos esperándola con una sonrisa.

Natalia se apartó de la puerta para dejarla pasar y consiguió formular un "hola" casi sin aire. Se dirigieron al salón y Alba nerviosa se dió la vuelta para mirarla. No se esperaba tenerla tan cerca a si que sin pensarlo se lanzó a su boca. La cogió de la mandíbula y sus labios encajaron a la perfección. Natalia, que la cogía por la cintura, la apretaba más contra ella.

El beso fue subiendo la intensidad, andaron hasta el sofá tropezando con el y quedando Natalia encima de Alba. Natalia sabía a fresa. Pensaba que no podía cansarse de sus labios nunca. Se apartó para respirar pero Alba poco tardó en volver a lanzarse a sus labios. Sus manos la recorrían de arriba a abajo. Estaba ansiosa, tocando con delicadeza pero con violencia y Natalia se quedó tranquila al ver que no era la única que tenía ganas.

Natalia le quitó la chaqueta en un momento de desesperación y metió sus manos por debajo de la sudadera tocando su vientre plano. Subió lentamente hasta rozar sus pechos. A Alba se le escapó un gemido y Natalia casi se muere al notar que no llevaba sujetador.
Le quitó la sudadera dejándola mínimamente con una camiseta interior de tirantes.

Era preciosa, Natalia no sabía como mirarla para que entienda todo lo que la quería. Bajó sus besos besando cada parte de su cuello suavemente. Alba encorvó su espalda a punto de gemir pero entendía que no podía hacerlo. Le quitó la camiseta del pijama quedando Natalia en sujetador y justo cuando la morena le iba a quitar la última camiseta que la quedaba para ver su torso en su totalidad escuchó el llanto de su hija. Se puso rápido la camiseta y fue a la habitación. Alba estaba llorando abrazada a su peluche

- ¿Qué pasa mi amor?

- Mami monstro hace pupa

- No hay ningún monstro mi vida

- Pupa a ti

- No me ha hecho pupa cariño, estoy bien, estoy contigo

Natalia puso a su hija sobre su regazo acunándola para que dejara de llorar.

- Mami está bien mi vida -Intentó calmarla

Le cantó su canción preferida hasta que se volvió a dormir en sus brazos. La acomodó en la cama y después de dejarla un beso en la frente salió de la habitación encontrándose a Alba con la sudadera puesta

- ¿Qué le pasa?

- Una pesadilla

- Pobre

Natalia se sentó al lado de Alba llena de vergüenza. Es increíble como hace unos minutos estaban a punto de deborarse y ahora no se atreven ni a mirarse.

- Creo que es mejor que vayamos despacio -Dijo Alba girando su cabeza hacia la morena- Vamos a hacerlo bien esta vez por favor -A Natalia se le paró el corazón

- ¿Eso quiere decir que...?

- Natalia no quería, te lo juro que no, pero inevitablemente todo lo que sentía por ti se me ha removido y dentro se me está despertando algo que no tengo miedo a ocultar, por eso podemos volver a intentarlo, si tú quieres.

SI DECIDES VOLVERWhere stories live. Discover now