CAPÍTULO 24. TE QUIERO.

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Alba se despertó exactamente en la misma posición que recordaba haberse quedado dormida. Estaba apoyada en su pecho con sus piernas entrelazadas y rodeando su torso con el brazo.
Subió la mirada y la vió dormida con la boca entreabierta respirando calmadamente. No pudo evitar sonreír y acariciarle la cara. Estaba tan guapa. Le dejó besos insonoros y suaves en su rostro y Natalia se fue despertando poco a poco.

- Buenos días -Susurró Alba y Natalia refunfuñó frotándose los ojos.

- Mmmmmm, un poquito más mamá -Natalia se hizo la remolona y cogió de los lumbares a Alba haciéndolas pegarse al completo, sin saber donde empezaba un cuerpo y acababa el otro. A Alba solo le salía reír.

Alba acariciaba su nuca con la yema de sus dedos y Natalia acariciaba su flequillo, sus cejas, sus pómulos, sus sienes y su nariz. Con su dedo pulgar acaricia el labio inferior haciendo sonreír a Alba.

Se observaban, se tocaban, se besaban y se disfurtaban.

- ¿Vamos a la ducha? -Pregunta Natalia en voz baja y Alba asintió.

Los besos en la ducha, la espalda de Natalia contra el frío de las baldosas mientras el agua caía entre ellas. Acariciaba su espalda y la enjabonaba el cuerpo y el pelo entre beso y beso.

Mientras Alba se terminaba de vestir Natalia ya se había encargado de ir preparando el desayuno, y cuando notó los brazos de Alba rodeandola desde atrás se vió obligada a parar.

- Huele increíble -Susurró Alba.

- Mejor hueles tú.

Se sentaron a desayunar sin decir una palabra, pero el silencio era tan cómodo que ni se dieron cuenta. Alba manchó a posta a Natalia llevándole un trozo de tortita a la boca empapada de nutella. Pasó su pulgar por los labios y se lo llevó a la boca pero pensó que con eso no era suficiente. Se sentó de medio lado encima de ella y la besó con la escusa de quitarla los restos de chocolate.

- Gracias por esta noche Alba.

- Ha sido increíble -Admitió sonriendo.

- ¿Te puedo decir una cosa? -Preguntó con miedo.

- Claro.

- Te quiero.

Alba ya lo sabía, pero que se lo dijera de aquella manera tan única y especial, pidiéndole permiso, le derritió el corazón. Su respiración se paró y miró lo que tenía a apenas dos centímetros de ella, sonrió sin darse cuenta y sintió sumergirse en su mirada

- Yo también Nat, yo también te quiero -Dijo con los ojos vidriosos

- Somos unas intensas -Rió por la nariz para segundos después volver a perderse en sus labios.

Alba se acabó yendo a su casa y Natalia se fue a por su hija a casa de su madre, donde al final acabó comiendo allí aprovechando que estaban todos.

Su familia no quiso presionarle a contar nada, preferían que lo hiciera por voluntad propia pero sabían que había ido muy bien por la sonrisa de oreja a oreja con la que había entrado en casa.
Al final les acabó contando como había ido la noche, obviamente sin detalles, y tanto sus padres como sus hermanos sintieron su cuerpo relajarse después de 5 años intentando que su hija fuera feliz.

Por la tarde Natalia se fue con su hija al cine y cuando salió tenía un mensaje de Alba que no pudo evitar sonreír.

*ALBA*
Hola Nat😊

*NATALIA*
Ya me echas de menos?

*ALBA*
Sí, pero un poco sólo, tampoco te emociones

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