CAPÍTULO 40. FUERA.

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El día siguiente pasó sin ninguna llamada ni mensaje entre ambas. Ni un buenos días, ni buenas noches. Alba porque tenía miedo a hablar con ella y a su reacción, y Natalia no sabía si quería oír lo que se esperaba, pero las dos sabían que no podían estar así mucho tiempo más. Estaban realmente mal y necesitaban hablar, pero ninguna daba el paso, por miedo. "¿Y si después de contarle lo que supuestamente pasó se enfada y todo se va a la mierda? ¿Y si me deja?" Eran las preguntas que Alba se hacía constantemente.

Hoy era miércoles, por lo que Alba estaba hasta las cinco en el colegio, trabajando o por lo menos intentándolo. Se notaba a kilómetros de distancia que no estaba bien, que su cabeza no estaba donde debía estar.

Su corazón se aceleró como nunca cuando la cabeza de Natalia se asomó por la puerta de su despacho con sutileza.

- ¿Se puede? -Preguntó en voz baja.

- Sí, sí claro. Pasa -Contestó nerviosa. Natalia andó despacio hasta la mesa y Alba se levantó no sabía ni como- No sabía que ibas a venir.

- Ya, yo tampoco lo tenía pensado, pero he dejado a la niña en gimnasia y he subido.

- Ah.

- Si te molesto me voy eh.

- No no, no es eso Nat, es que... -Se rascó la cabeza intentando encontrar las palabras adecuadas para no cagarla.

- ¿Es que qué? Llevamos días sin vernos, apenas sin hablar, no soy tonta y sé que algo te pasa desde lo que pasó en el hospital, y sólo quería venir a hablar contigo y solucionarlo, porque no sé tú, pero me mata estar así contigo y más aún, no saber porque.

- A mi tampoco me gusta estar así Natalia -Reconoció con un nudo en la garganta- Pero ahora no puedo hablar, estoy trabajando.

- Alba, estabas mirando a las babias, si no quieres hablar y solucionar esto me lo dices y ya está.

- Nat no es eso, ¿cómo no voy a querer hablar contigo? Sólo que ahora no puedo.

- Ya... pues cuando puedas me llamas -Se giró y se fue del despacho enfadada.

Alba se dejó caer en su silla controlando su respiración para no romperse a llorar. No le había dado tiempo a explicarle porque no podía hablar con ella en ese momento. Si les pillaba el director viéndose con ella fuera del horario de entrevistas con padres después de darle un voto de confianza...

Natalia hizo tiempo en un bar cercano al colegio hasta que su hija saliera de gimnasia rítmica, y una vez la recogió se fueron a casa.

- Mami, ¿podemos ir al parque?

- No cariño, hoy no ¿vale?

- Pero ¿podque mami? Ya hemos hecho la tadea, solo un ratito podfis.

- He dicho que no Alba, nos vamos a casa. -Contestó enfadada.

- Jo mami... yo quiedo ir al parque.

- Alba no me hagas enfadarme

- ¡Mamá y que mamos a hacer en casa! ¿Ved la tele como siempre? No quiedo -Se soltó de la mano de su madre y se paró a la mitad del camino cruzándose de brazos.

- Alba ya está bien, si mamá dice que no, es que no, así que vamos a casa.

- ¡No! No, no, no. No quiedo.

- Alba por favor te lo estoy pidiendo, dame la mano y vamos a casa.

- ¡No! -Negó con la cabeza baja y con el ceño fruncido.

- Ya está bien de tonterías, hoy no hay parque y punto -Natalia, ya enfadada cogió a su hija en volandas ante su insistencia de no moverse. Esta intentó escaparse de los brazos de su madre llorando y pataleando pero de poco la sirvió.

SI DECIDES VOLVERWhere stories live. Discover now