CAPÍTULO 38. ASESINA.

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Toc toc

- Adelante -Contestó Alba parando de escribir en la pizarra.

- Perdon la interrupción, pero te llaman Alba, ¿puedes salir un momento? -Interrumpió la secretaria del colegio en su clase de Matemáticas.

- ¿Quién es? Estoy en clase.

- No sé, una mujer, dice que es urgente.

- Perdón un momento chicos -Se dirigió a la clase.

Dejó su libro y la tiza en su mesa y salió al pasillo con la secretaria.

- Te he traído el teléfono aquí para que no tengas que moverte.

- Gracias Cristina, luego te lo llevo -Lo cogió y se despidió de ella con la mirada.

- Adiós.

- ¿Quién es? -Dijo Alba al teléfono.

- Alba, soy Natalia.

- ¿Qué pasa Nat? Estoy trabajando.

- Perdón perdón, pero es que... -Se rompió a llorar y no pudo continuar.

- Ey Nat, tranquila mi amor. Respira tranquila por favor -Alba a través del teléfono oía como intentaba controlar su respiración- Nat coje aire fuerte y lo expulsas, tranquila venga, tú puedes cariño.

Repitieron el ejercicio un par de veces las dos juntas, y cuando Natalia tenía el suficiente aire, o eso parecía, habló.

- Perdón -Fue lo que consiguió decir.

- No pasa nada mi amor, relájate ¿vale? Sin prisas, estoy aquí.

- Alba es que... -Se volvió a entrecortar su voz- Mi madre.

- ¿Tú madre que Natalia? ¿Qué ha pasado? -Se alteró.

- Le ha dado un infarto Alba, está en el hospital -Consiguió decir antes de romperse a llorar de nuevo.

Alba sin embargo no supo reaccionar, ni para bien ni para mal, no lo hizo, se quedó perpleja en el sitio esperando a un pellizco que la despertara hasta que el llanto incansable al otro lado del teléfono la hizo reaccionar.

- ¿Donde estás?

- En la clínica, voy ahora al hospital.

- Te recojo yo ¿vale? Voy para allá, esperame. No cojas el coche por favor.

- Pero Alba y las clases.

- ¡Qué importa eso ahora! No tardo nada Nat.

- Vale.

- ¿Llevo a la niña?

- No, todavía no, luego ya me apaño para recojerla pero todavía no.

- Vale, voy ahora mismo Nat, esperame.

Alba corrió como nunca por los pasillos del colegio llegando hasta su despacho, cogió su abrigo y su bolso y pasó por secretaría.

- Cristina necesito que pongas el que sea que esta de guardia en mi clase, me tengo que ir, es urgente -Sin la posibilidad de dejarla hablar, dejó el teléfono en la mesa y salió disparada hacia su coche.

Tardó menos de 5 minutos en llegar a la clínica, aparcó en doble fila y entró lo más rápido que pudo buscando con ansias el despacho de Natalia, en cuanto entró se la encontró abrazada a Sabela en el sofá que tenía aquel despacho.

- Mi amor... -Dijo Alba.

- ¡Alba! -Se levantó del sofá y fue a abrazarla como si llevaba sin verla toda la vida, como si era ella quien había inventado los abrazos, llorando insistentemente en su hombro.

SI DECIDES VOLVERWhere stories live. Discover now