CAPÍTULO 18. SE FUE/HASTA QUE ME MUERA

5.1K 251 29
                                    

Esta vez la cita era mucho más informal, pero no por eso era menos especial. Natalia las fue a buscar a las dos y se dirigieron al bar en el que comerían. Lo eligió Alba y al entrar Natalia lo entendió, aquel local tenía un parque de bolas para niños. Que Alba pensara así en su hija a Natalia le derretía el alma.

Comieron unos platos combinados mientras mayormente hablaban de anécdotas de la pequeña Alba o las gamberradas que había podido hacer, que eran pocas porque era muy buena niña. Se echaron unas buenas risas y disfrutaron como niñas pequeñas.

Alba se dió cuenta de que Natalia para su hija era una figura de fortaleza y seguridad. Cada una tenía sus propios gustos y necesidades, pero se notaba que tenían una cercanía y un vínculo entre ambas irrompibles.

Alba las miraba y admiraba esa relación que por lo menos aparentaban tener y se enorgullecía de ello, era muy buena madre aunque seguramente si le dice esto último, Natalia lo negaría.

Después de acabar sus respectivos postres la niña se fue a jugar al parque de bolas y Alba y Natalia se quedaron solas, frente a frente, tomándose un café.

-¿Tú familia que tal? -Preguntó Natalia

- Bien. Mi madre sigue limpiando hospitales, mi padre haciendo zapatos -Echó a reír y Natalia sonrió orgullosa- Y mi hermana esta en el último año de carrera.

- ¿Que estudia?

- Periodismo.

- Wow.

Alba iba a seguir hablando cuando vió a alguien conocido detrás de Natalia.

- ¿Manu? -El susodicho se giró al oír su nombre y cuando la vió no pudo evitar sonreír, al igual que Alba.

- Pero bueno ¡cuánto tiempo! -Alba se levantó y le dió un abrazo- ¿Qué tal? ¿Qué tal todo? Estás guapísima.

- Pues todo bien, como siempre ya sabes -Contestó alegrada.

- Cuanto me alegro.

- ¿Y tú que tal? ¿Sigues en el taller?

- Sí, hasta los huevos pero ahí sigo.

- Joder que alegría verte. Ay mira, esta es Natalia, una amiga -Natalia desconcertada por la presentación se levantó de la silla y le dió dos besos amables- Este es Manu, un... esto -Se atragantó con sus palabras- Mi ex vaya.

- Ah pues encantada -Sonrió Natalia.

- Igualmente. Bueno que os vaya bien, me alegro de verte Alba.

- Yo también.

Se volvieron a abrazar y Manu se despidió con dos besos de Natalia, después, ambas se volvieron a sentar en su mesa

- ¿Qué bien te llevas con tu ex no?

- Sí la verdad, es un amor de chico y acabamos muy bien.

- ¿Porque lo dejasteis?

- Cuando una persona no es para ti, lo notas enseguida

- Bueno, ya llegará esa persona -Opinó Natalia

- No, ya llegó, pero se fue -Se quedaron mirándose apenadas, Natalia sabiendo perfectamente que hablaba de ella, y Alba sonriendo tristemente. Tuvo que apartar sus ojos de los de la rubia cuando fue interrumpida por su hija.

- Mami ¿cuándo nos mamos?

- Ahora hija.

- Sí porque tengo que ir a dar de comer a la gata -Concluyó Alba.

- ¡Hala! ¿Tenes una gata? -Se ilusionó la pequeña.

- Sí cariño, y como no vaya ya, luego no me da mimitos.

SI DECIDES VOLVERWhere stories live. Discover now