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Chuya se removió en la cama, se había levantado en la mañana de ese día sábado y había ido al baño, tenia frio y dormir desnudo no lo ayudaba con ello, termino por ponerse una sudadera holgada y volver a la cama con Dazai, el lugar era un desastre y parecía un nido, sin embargo, Chuya disfrutaba de la vista, pocas veces podía ver realmente a Dazai dormir profundamente, la mayoría de las veces solo actuaba.

Tomo su teléfono celular, luego de este descargarse la noche anterior, había terminado por cargarlo antes de ir al baño, lo mantuvo conectado a la corriente, sin embargo, estiro todo lo posible el cable y se preparo para tomar al menos una fotografía de Dazai, ninguno de los dos era del tipo que se tomaba o tomaba fotografías del otro, nunca lo hacían, sin embargo, Chuya realmente quería al menos una sobre ese momento.

Presiono la pantalla y el aparato tomó la fotografía, emitiendo un molesto sonido que lo sobresalto, de inmediato se volvió a quedar quieto, expectante, esperando que el castaño abriera sus ojos y regalase sus burlas debido a sus acciones, nada de eso sucedió, el castaño continuo en la misma posición, su respiración lenta, ojos cerrados, Chuya soltó un suspiro de alivio.

Deposito su teléfono en la mesa de noche y buscó su pantalón, el que había usado la noche anterior, por el suelo de la habitación, no pensaba ponérselos, pero tenia algo importante en el bolsillo trasero y no pensaba desaprovechar aquella oportunidad.

Encontró la prenda y busco la llave en el bolsillo, no estaba, un poco de pánico pasó por su rostro, miro a su alrededor. Se creía sinceramente idiota si había terminado por perderla en ese preciso momento.

Repasó con la mirada una y otra vez, levanto las prendas del suelo, buscando bajo estas, no la encontró hasta que descubrió un resplandor venir de debajo de la cama, reflejando la luz, se dirigió al lugar y llevo su mano hasta allí, de inmediato dio con la llave y soltó un suspiro.

Echó otro vistazo hacia Dazai, continuaba igual, ni siquiera se había movido de su lugar, Chuya se apresuró a salir de su habitación y dirigirse hacia la sala, miró el sofá, el abrigo de Dazai continuaba allí, café claro. Dio un ultimo vistazo a la habitación y termino por tomar el abrigo, buscar el bolsillo y depositar allí la llave, con la esperanza de que el idiota no la perdiese.

Entonces volvió a su cuarto, Dazai continuaba en la misma posición, un alivio, Chuya se acerco y termino por volver a usar su espacio, a un lado del castaño, se acomodo y dejo envolver por la calidez del otro, sintió los brazos de este rodear su cuerpo y atraerlo mas contra el propio.

- ¿terminaste? – escucho la voz de Dazai preguntarle, sus ojos continuaban cerrados, Chuya frunció el ceño, sintió calor en sus mejillas, el bastardo había estado despierto

- Bastardo – soltó Chuya

- Sabes, Chuya, si me lo pides, podría posar para que me tomases las fotos que quisieses, incluso te dejaría hacer todo un calendario sobre mi

- Vaya, pero que generoso eres – soltó el otro, sarcástico, Dazai termino por abrir sus ojos, una mirada divertida

Chuya resopló, se sentía bastante avergonzado de verlo luego de todo lo sucedido la noche anterior, se había comportado de una forma que en ese momento lo avergonzaba sinceramente. Solo recordarlo lo hacia sentir abochornado.

- Estas sonrojado, no me digas que estas recordando lo sucedido anoche – soltó de forma descarada el castaño

- Cállate – contestó Chuya de forma escandalosa

- No te preocupes Chuya, fue increíble – aseguró Dazai – deberías morderme mas seguido, por otro lado ¿te duele?

Chuya paró sus pensamientos por un momento, aun podía recordar el sentimiento de las manos de Dazai golpear su trasero, no había dejado marcas visibles, pero en ese momento, ese pequeño dolor y el placer, habían terminado por formar una bomba en su interior. Chuya aclaró su garganta.

Me GustaríaWhere stories live. Discover now