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Chuya entro al edificio del anciano, se encontraba con un humor un tanto complicado, con solo verlo, el anciano lo supo, lo infirió, conocía a ese mocoso desde hace bastantes años, los suficientes como para poder interpretar sin problemas sus actitudes.

En cuanto vio la cabellera pelirroja dejar sus cosas de forma brusca y atar su cabello en una coleta alta, el anciano lo supo.

Miró como Chuya se movía y lo saludaba sin demasiado contacto, de forma rápida, intentaba que el anciano no lo leyese, sin embargo, era tarde para eso.

El anciano dejo que Chuya trabaje en silencio por un rato, esperaría a que el pelirrojo se calmase antes de intentar tocar el tema, o tal vez terminaría por molestarlo un poco.

Muchas personas consideraban su hobby el solamente molestar y hacer enojar a Chuya.

El anciano miró a Chuya, este se encontraba inmerso en su trabajo, tanto, que no se había percatado de la presencia del otro en el marco de la puerta.

- Nuevamente tienes problemas con tu novio – sentencio el anciano, Chuya levanto la mirada de la pantalla de su computadora, el anciano caminó hacia el escritorio de Chuya, sentándose frente a él

- No es mi novio – dijo de inmediato Chuya, habían perdido el numero de veces en que había dicho esas palabras y el otro las había escuchado

- Claro – dijo el anciano, este dirigió su mirada hacia la ventana, mirando el exterior, de inmediato vio algo que llamo su atención, o mas bien alguien - definitivamente es un hombre apuesto, y se ve bastante mayor, tu pareces un estudiante de preparatoria a su lado – soltó riendo el anciano

- ¿Qué?

- Esta afuera esperándote

- Ese idiota – dijo Chuya mientras se inclinaba y echaba una mirada por la ventana, volvió a gruñir al ver que, en efecto, el castaño se encontraba allí, ojeando un par de papeles apoyado contra su auto, de pie al lado de este

- no sabia que ibas detrás de las personas que se ven mayores que ti, tal vez por eso te esfuerzas en mantener este empleo

- eso es asqueroso anciano – se soltaron a reír ambos

- lo siento, Chuya, pero no hay forma de que me llame la atención un mocoso como tu

- y no hay forma de que a mi me guste un anciano depravado como tu – soltó Chuya

- hey – lo llamo el anciano, repentinamente serio – si el chico te hace feliz, no lo sueltes, Chuya, sabes que las personas no pueden darse el lujo de perder a quienes nos hacen felices, solamente mírame a mi, la persona mas cercana que tengo es un mocoso universitario que mantiene un romance con su profesor, cliché y asqueroso – soltó, Chuya se lanzo a reír nuevamente, de forma fuerte junto a las carcajadas del anciano

- como tu digas anciano

- lo digo en serio, Chuya, aclara las cosas con él – aconsejo

- cada vez que lo intento, solo termina por ponerse peor

- vamos, Chuya, eres una persona mejor que eso, lleno de agallas, valiente, apasionado, nada como un intento fallido te detendría

Chuya guardo silencio, el anciano sabía que decir y cuando decirlo, además del como. Formó una sonrisa con sus labios, Dazai lo esperaba a las afueras del edificio, esa noche la pasarían juntos, a pesar del ambiente extraño que compartieron la ultima vez que se habían visto.

Me GustaríaWhere stories live. Discover now