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Chuya agradeció por tercera vez en esa llamada a Matt, su amigo lo había llamado en cuanto había recibido una respuesta con respecto a su nuevo trabajo, lo haría, tenia un puesto, sabia que de cierta forma la editorial esperaba que terminase por ser convencido para lanzar un libro, consciente de ello, el pelirrojo se sentía un poco mas animado.

Colgó la llamada y miro a su alrededor, estaba solo en su departamento, deseaba llamar a Dazai y contarle sobre su nuevo trabajo, compartí algunas bromas y una conversación liviana, una relajante, aunque Dazai tuviese talento para hacerlo enojar, pero Chuya no lo llamó.

Y es que después de lo sucedido en el baño, habían terminado por distanciarse. Mas bien, Dazai había decidido distanciarse de Chuya.

Había alguien en ese baño, Dazai y Chuya se marcharon antes de terminar por comprobar la identidad de esa persona, por ende, la información que tenían era casi nula, Dazai había tomado la mano de Chuya y lo había arrastrado fuera del baño.

No sabían si habían sido vistos, no sabían si habían sido reconocidos, y tampoco conocían al testigo de sus actos en el baño.

Chuya había mirado de inmediato a Dazai en busca de alguna solución, siendo sincero, el pelirrojo no tenia idea de lo que debía hacer.

Se marcharon de la universidad, cada uno por su lado, apenas despidiéndose. No hablaron por el resto de ese día, a pesar de que Chuya si le envió mensajes a Dazai, no recibió respuesta de este.

El resto de los días, las cosas no habían cambiado demasiado, una distancia repentina había nacido entre ellos, como si temiesen que la historia se repitiese, Chuya temía en cualquier momento fuese nuevamente llamado ante el consejo de la universidad, siendo criticado y juzgado por esas personas con el poder de decidir su futuro allí.

Y también temía ante la distancia que había tomado Dazai. Una parte de Chuya sentía que habían terminado por perder todos sus avances.

El pelirrojo decidió fumar un cigarrillo, observo la pantalla de su teléfono, nada. Había visto a Dazai en la universidad algunos días, sin embargo, que lo ignorase solamente lo hacia sentir enojado y herido. Deseaba golpearlo, pero si lo hacia en la universidad, las cosas serian peores.

"Dazai tiene bastante talento para hacerme enojar y para desaparecer, como la vez en que me declaré, sin embargo, en esa ocasión me había pedido tiempo, ahora solamente desaparece sin decir nada, es peor" pensaba Chuya.

"Dazai eres de lo peor" y el pelirrojo sentía realmente que Dazai no era el único con una personalidad horrible, él también lo era, Chuya lo reconocía. Al menos él lo reconocía.

Chuya soltó un suspiro mientras su teléfono terminaba por sonar, un mensaje, por un momento breve, sintió que algo en su interior se aceleraba, en cuanto leyó el nombre de la persona que le había escrito, el efecto se esfumó. Era Matt.

"Hey, Chuya, me preguntaba si te gustaría ir a beber algo, hace un tiempo que no lo hacemos, claro, si no hay problema con dejar a tu perro solo" casi podía escuchar la voz algo juguetona de Matt, estaba de buen humor, Chuya sonrió de inmediato, aunque esta sonrisa se haya extinguido rápidamente debido a la mención indirecta de Dazai, lo hizo recordar la forma en que ellos se habían terminado por conocer realmente.

"bebamos" contestó Chuya, negándose a si mismo el pasar el resto de esa noche solamente pensando y pensando, haciendo de su cabeza un desastre y soltando suspiros, Chuya se negaba a si mismo el llegar hasta eso. No le daría esa importancia a Dazai, aunque en su interior la tuviese, algo bastante diferente era el demostrarlo.

Me GustaríaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora