17

1.8K 193 210
                                    


Dazai se despedía de las personas que habían asistido a la reunión, con la intención de marcharse, en realidad, no muchas personas se encontraban allí aun, era bastante tarde por la madrugada.

No habían vuelto a hablar en privado durante esa noche, no habían intercambiado palabras, al menos ninguna con un real significado, era extraño, pero Chuya podía hacerse una idea bastante real de lo que en realidad sucedía, o al menos tenia unas cuantas sospechas.

Decidió guardar su propia distancia también, a veces se sentía enojado, a veces no sentía nada, y a veces deseaba golpear al idiota de Dazai, con todas sus fuerzas, pero no lo haría, no en ese momento.

Y el anciano claramente no había pasado por alto el extraño comportamiento de la pareja, miro a Chuya por un momento, casi como si lo invitase a hablar con él, aunque sabia que el pelirrojo no diría palabra alguna.

- Dazai – levanto la voz el anciano, antes de que el castaño se marchase – hazme un favor y lleva a Chuya, yo me quedare por mas tiempo

- Puedo quedarme hasta el final, anciano – contesto de inmediato Chuya

- Esta es mi ultima orden, mocoso

- Claro, yo lo llevare – interrumpió de inmediato el castaño

- Bien, gracias – soltó el anciano

Chuya le dedico una mirada mas a ese anciano, una ultima orden, esas palabras había dicho, el pelirrojo le dio unas cuantas vueltas mas a sus palabras, sin saber si debía realmente marcharse con el castaño, en especial debido a ese extraño ambiente que poseían.

El pelirrojo se despidió de los invitados y del anciano, siguió a Dazai hacia las afueras del edificio y en silencio esperaron a que trajesen su automóvil, Chuya había tenido una expectativa diferente para esa noche, otro tipo de planes, y encontrarse con Dazai de una forma fría como esa no era parte del plan.

En silencio subieron al automóvil y los primeros minutos no fueron interrumpidos, Dazai conducía hacia el departamento de Chuya, el pelirrojo solamente miraba por la ventana. Un remolino de sentimientos en su pecho, apretaban este y le quitaban la respiración un poco. Desvió un poco la mirada hacia Dazai, sus ojos en el camino, concentrado en la conducción. Chuya sentía que en ese momento podía hablar, pero sinceramente él tampoco deseaba realmente tocar el tema, una interpretación acertaba, según el pensamiento del pelirrojo, era que Dazai había rechazado sus sentimientos de una forma sutil e indirecta.

Y una forma cobarde, eso hacia enojar a Chuya, tanto que todo los sentimientos tristes y confusos fueron reemplazados lentamente por su furia reprimida.

- ¿pero que mierda te sucede? – terminó por explotar, Dazai lo miro por un momento, un tanto sorprendido ante la reacción del otro

- ¿Qué mierda te sucede a ti? – le respondió de inmediato

- Yo te pregunte primero, eres un bastardo, primero te digo como me siento y de inmediato optas por acobardarte y huir, jodete – le soltó Chuya, hablaba de forma rápida

- ¿Qué? No he hecho nada como eso maldito idiota – soltó Dazai - ¿es que acaso querías que te respondiese de inmediato? No tienes nada de consideración, no sabia que estupidez decir en ese momento y encima de todo comienzas a mirarme de inmediato como si deseasen envenenarme

- Desee hacerlo – reconoció Chuya

- Pues adelante, pero la muerte por veneno no es para nada de mis favoritas

Me GustaríaWhere stories live. Discover now