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Una semana. Una semana por completo había pasado sin que Dazai le dedicase palabra alguna a Chuya, solamente las de sus clases, lo evitaba, incluso evitaba su mirada. El pelirrojo no había recibido llamada ni mensaje alguno, nada, y tampoco él había terminado por enviarle nada al otro.

Toda esa situación irritaba a Chuya, se sentía herido, y también sentía que había, de alguna forma, herido al castaño, o al menos esa era la conclusión a la que había llegado Chuya luego de una larga semana de pensar de forma detenida, una y otra vez, sobre la situación, intentando ponerse en el lugar del contrario.

Ellos no eran una pareja, no lo eran, pero algo existía, algo implícito entre ambos. Y tal vez eso si era una razón correcta y suficiente para justificar la actitud del castaño. Chuya había llegado al punto de plantearse sus sentimientos en caso de que Dazai terminase por actuar de esa forma, de la forma de Chuya, teniendo un "novio" a pesar de todo lo sucedido, a pesar de haberse besado y tener sexo.

El sexo era algo, tener una relación y sentimientos de por medio era diferente.

Chuya lo sabia, sin embargo, la línea ya era bastante difusa, lo había sido desde un inicio.

"si yo creyese que Dazai tenia una pareja estable mientras tenia sexo conmigo, yo hubiese terminado por golpearlo en el rostro sin siquiera dudarlo" Dazai no golpearía a Chuya, jamás lo haría. Pero si seria capaz de alejarse de él.

"no fue la mejor forma de intentar celarlo, solo pensaba en una broma"

"vamos, Chuya, no somos nada, no deberías preocuparte especialmente por él"

Todos esos pensamientos contradictorios. Había sido una semana larga para Chuya.

Y el orgullo tampoco le permitía terminar por acercarse al otro y arrinconarlo para mantener una conversación. La idea había pasado por la mente de Chuya, pero no se había animado a hacerlo, y en realidad Dazai no le daba la oportunidad, no podía simplemente acercarse al otro en la universidad y explicarle todo.

"¿Por qué siquiera te esfuerzas tanto en intentar arreglarlo? Solamente fue sexo" le dijo su mente, su pensamiento frio. Pero Chuya sabia que no había sido solamente. Le gustaba, el pelirrojo gustaba de Dazai, y esa era la razón de que todo el comportamiento del contrario le sentara tan mal.

El pelirrojo se encontraba en una clase, miraba a Dazai e intentaba pensar en el contenido que realmente debería prestar atención, pero nada de eso sucedía por su cabeza, solamente observaba a Dazai, una semana, dentro de un mar de días se cumplirían dos. Y Chuya sentía a su cuerpo arder y pedir por el castaño, todo en su interior, tan solo escuchar su voz llamarlo nuevamente por su nombre, incluso su estúpido apodo desagradable. Cualquiera de esas opciones terminaría por darle un empujón a Chuya para hablar.

Aunque no le gustaba sentirse de esa forma.

"vamos, no necesitas un empujón" se decía. Pero si necesitaba una oportunidad, que el otro no terminase por tan solo evitarlo. Chuya llego a una conclusión, esperaría que terminasen las clases, sabia que Dazai saldría bastante tarde un día de la semana, esperaría en el estacionamiento y listo. Eso seria todo.

La clase termino, Chuya guardó sus cosas y miro al castaño notó como este hablaba con el resto de sus estudiantes, ese no era el momento de acercarse. El pelirrojo evito mirarlo mas de lo necesario, aun había personas en ese lugar, chicas mas que nada, hablando y riendo, Chuya se marcho rápidamente.

Se sentó en el césped, entre gruñidos y quejidos, pensaba muchas cosas, durante ese tiempo, su humor se había visto considerablemente afectado, de forma negativa, esta enojado, la mayoría del tiempo lo estaba, y en ese momento también.

Me GustaríaWhere stories live. Discover now