Silencio

6.1K 1K 310
                                    

Al llegar a nuestro departamento SeokJin me miró derrotado, cansado... Con la tristeza dibujada en su rostro serio, intenté hablar pero solo negó encerrándose en su habitación.

Tragué en seco sin saber que hacer, como animarlo o si quiera cuidar de él. El silencio reinaba dentro de mi departamento, aquel que algún día estuvo lleno de carcajadas y burlas infantiles, llanto desesperante y bufidos molestos. Ahora sentía el vacío ocupando cada rincón en mi hogar.

Los días pasaron así. Aburridos, silenciosos, iguales.

Jimin venía casi todos los días, intentando animarlo, cantando, jugando, abrazándolo con cariño... Pero lo único que conseguía era un:

–Estoy bien, Jiminie. Solo quédate en silencio...– y luego podías escuchar claramente su corazón encogerse dentro de su pecho.

Hoseok también lo estaba intentado, cocinando delicias para la cena, trayendo dulces caros y juegos nuevos, de nuevo... Lo único que conseguía era un:

–No sé jugar, Hobie. Solo comamos los dulces...– Y luego su sonrisa triste.

Incluso Yoongi llegó a tener un cabello celeste brillante para animar a mi pequeño, y de nuevo, como antes, lo único que conseguía era un:

–Se te ve bien, hyung. Deberías volver con Jiminie...– nada más.

Mi madre había traído a JungKook días atrás también, el pequeño de nueve años lo abrazaba en silencio, comprendiendolo más de lo que nosotros lo hacíamos, pues con una sonrisa pura y sincera SeokJin brillaba unos segundos, pero de nuevo:

–Tengo sueño, Kookie... Ve con hyung.–

Estaba empezando a exasperarme, ya no sabía que hacer, como llamar su atención. Sacarlo de su constante estado de congelamiento se había vuelto mi único objetivo en días, pero por el contrario a mis pensamientos yo no hacía nada. Tenía un leve miedo a sentir su rechazo, por alguna extraña razón sentía que SeokJin me veía así, como una amenaza.

–Lo siento, mamá. Jin está pasando por malos momentos y no creo que sea bueno tener a Kookie aquí.– hablé a la pantalla de mi celular escuchando un bufido de cansancio.

–Bien, bien... Lo cuidaré, dile a Bob que no se olvidé de traer su mochila.– dicho esto colgó la videollamada dejándonos en silencio nuevamente.

Cargué a JungKook en brazos y tomé la mochila con una de mis manos bajando a la calle en espera del señor Bob, el jardinero, que vendría a por el menor. En cuanto lo ví a lo lejos sonreí con cortesía bajando al castañito, él tomó la mano del anciano y colgó la mochila en su hombro, yéndose a saltos divertidos ambos desaparecieron a la vuelta de la esquina.

Suspiré derrotado teniendo que volver al silencioso departamento. Al llegar fuí a la cocina sirviendo dos platos de comida que Hoseok nos había preparado antes para la cena, ordenando todo sobre la mesada respiré hondo antes de tocar la puerta, pero antes de que pudiera hacerlo mi celular empezó a vibrar en mi bolsillo causando en mi un casi paro cardíaco por lo nerviosos que estaba.

Tomé la llamada con molestía y contesté sin mirar.

–¿Hola?

–NamJoon, soy Song. Solo quería preguntar qué tal vas con SeokJin. ¿Algún cambio significativo?

–Esta igual, no habla mucho y se la pasa en su habitación alejados de todos.

–Si, sabía que pasaría. Déjalo estar, Kim. Necesita organizar su mente, saber quién es, reencontrarse. Acaba de enterarse de cosas fuertes que quizás lo lastiman, debemos estar agradecidos con qué no haya sufrido algún colapso nervioso.

¡Solo tiene 7 años! [NamJin]Where stories live. Discover now