Epílogo.

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Lo malo de los momentos felices es que en algún momento terminan...

Iván Sosa.

...

Salgo del baño de mi habitación y me dirijo hacía el balcón del apartamento, debo admitir que papá no exagero cuando dijo que el depa tenía una hermosa vista a South Beach, realmente es hermosa y me encanta. Es sábado así que iremos a casa de mis tíos a pasar un día en familia, como cada sabado aparte Valen y mi abuela ya están allá.

Ya llevamos un mes acá en Miami y nos está yendo súper bien, todos los planes de papá van saliendo genial y de la mejor manera, gracias a Dios.

Miro la hora en mi teléfono y son las 11:24 am.

—¿Vamos, Ian? —Dice papá señalando la puerta.

—Si, pa', vamos. —Digo mientras tomo mi bolso.

Tomamos el elevador y bajamos hasta el estacionamiento y subimos a la camioneta, es realmente hermoso ver la vista que Florida ofrece mientras viajas de una ciudad a otra, ver sus hermosas playas decorada por esas palmeras, sin duda Florida es perfecta.

Viajamos las cuatro horas en carretera hasta que llegamos a casa mi tío.

—Ian, I don't why u don't live right here with us, if this is ur house too. —Dice Kiki mientras yo entro a la casa.

Es gracioso porque Kiki no habla casi nada de español y mi tío lo vive regañando por ello.

—That's why I have an apartment in south beach, and I have a beatiful view right there. —Le sonrío.

—Stupid. —Dice mientras revolotea los ojos y luego se ríe.

Voy a mi habitación y dejo las cosas, ellos salen al patio a encender la parrillera para hacer el almuerzo en familia de los sábados a plenas cuatro de la tarde, me encanta porque estamos a 25 grados y está haciendo un poco de frío.

Salgo al patio y estamos disfrutando de una tarde muy acogedora, se siente bien al final estar aquí, en mi hogar.

La parrilla está y empezamos a comer, prepararon parrilla con yuca, más un jugo de naranja y de postre hicieron una torta de vainilla con chocolate.

Mi papá y mis tíos hablan de sus negocios y mi primo y Valen ya están en la habitación jugando Playstation.

—Papi, saldré a manejar un ratito en la bicicleta. —Digo mientras corro la puerta de vidrio para entrar a la casa.

—Está bien, hijo, no llegues tan tarde, mira que ya está apunto de anochecer.

—¡It's okay, dad! —Grito mientras salgo de la casa.

Tomo la bicicleta y empiezo a manejar, me encanta este vecindario, me dirijo hacía un lugar en el que siempre logro sentirme yo.

Luego de manejar tanto llego a este lugar, a esta playa que siempre me hace sentir como en casa.

La última vez que estuve aquí me sentía tan perdido, tan solo y tan roto, recuerdo que hasta sentía que ya no había salida.

¿Realmente Fue Amor?  [Ian#1] ✔Where stories live. Discover now