¿Realmente Fue Amor? [Ian#1] ✔

Capítulo. 49 "No sabemos si tendremos el tiempo de nuestro lado."

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El destino, ¿quién alguna vez no ha oído de él? Se dice que es el poder sobre natural, inevitable e ineludible que, según se cree, guía la vida humana y la de cualquier ser a un fin no escogido, de forma necesaria y se dice que ninguno puede escapar de el.

Personalmente yo si creo que el destino existe, siento que es el quien nos guía, no de una manera tan especifica pero creo que no podemos huir de él o si quiera intentar ir contra él.  

Lo intenté muchas veces, intenté ir tan en contra de el, hacer cosas que yo sabía que no era lo que debía, iba en contra del destino. 

Nuestro destino nos llevo hasta allí, pero ¿por qué, por qué nos hizo volver a dónde todo comenzó? 

—El destino nos tenía una sorpresa, Ian, nos hizo delincuentes por amor. —Me mira y me sonríe.  

Yo lo miro y sonrío. —Yo jamás que pensé que viviría sediento de tú corazón pero lo hice, Bruce, lo hice en todo momento, incluso cuando me dolía tanto. —Lo miro fijamente y él me ve de una manera tan extraña. —, Y no era coincidencia lo que sentía tú te hiciste parte de mi existencia, en cada momento, en cada segundo, ahí estabas tú. 

—Lo sé, Ian... —Toma mi mano. 

—Lo de nosotros era un amor prohibido. —Le sonrío y lo miro directo a sus ojos verdes que me hacen perderme. 

—Yo iré contigo hasta que el destino quiera. —Aprieta mi mano.

Yo le sonrío. 

—Pero bueno, ya no más llanto, ni cursilería, ¿te ánimas a qué te gané una vez más? —Dice con cara retadora mientra dirige sus ojos a la piscina. 

—Bruce, ¿estás loco? —Me río. 

—Ven. —Me toma de la mano y me levanta de la banca. 

Él se quita los zapatos y yo hago lo mismo, me toma de nuevo de la mano y corremos juntos y nos lanzamos a la piscina. 

—Así que de esa manera llegaste hasta aquí. —Digo tomando su pulsera en mis manos y sonrío. 

La acaricio. —¿Quién lo iba a imaginar? 

Me quito de la ventana y la cierro, abro mi closet y la saco una pequeña caja que está abajo, la abro y meto dentro de ella la pulsera, la cierro y la vuelvo a poner en su lugar. 

Me siento sobre la cama, tomo mi celular y veo que Hen está en linea, lo volveré a intentar. 

Yo: Hola, Hen:( 

Tomo una cola y me recojo un poco el cabello porque me molesta que me llegue por debajo del ojo. 

Miro que ya abrió el mensaje pero ya han pasado cinco minutos y no he recibido ningún tipo de respuesta y supongo que él tiene sus razones, no lo juzgo. 

No sé cómo le hago para cagarlo todo siempre.

Me acuesto, y pues, debo admitir que siento un poco de paz y ni siquiera sé por qué, aunque eso no quiere decir que no me sienta mal por Hen, lo extraño y esa es mi verdad. 

Cierro los ojos y... 

—De elefante dije. —Pongo cara de serio.

Él me mira y acaricia mi cabello. —Está bien, amor. —Me regala una pequeña sonrisa.

Yo abro mis ojos como platos, me siento de golpe y lo miro.

—¿Cómo me dijiste? —Puedo sentir como mis mejillas están rojas.