¿Realmente Fue Amor? [Ian#1] ✔

Capítulo 2. "La piscina".

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Por un momento lo vi fijamente, Bruce...  

"Que bonito nombre." Me dije a mi mismo en un pensamiento.

—Ah okey, un gusto, Bruce. —Me animo a decirle, un tanto apenado.

—¿Qué tal, qué edad tienes? —Pregunta él con una sonrisa.

—Tengo 14, ¿y tú? 

—Yo 15, peladito. —Respondió riendo.

—Tonto. —Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro.

—¿Qué haces aquí en el grupo Junior? —Pregunto, pensativo.

—Es que esta es la única hora que tengo para venir acá, ya que a las 6:00 tengo que ver clases de inglés casi todo el tiempo. 

—Ah ya, genial.

—¿Y tú? 

—Es mi primer día y bueno, mi mamá se confundió con el horario, así que por ello estoy aquí. —Le respondo, avergonzado.

—Ah, entiendo. Si, ya me había dado cuenta que eres nuevo, nunca te había visto por acá. —Me confiesa, con una sonrisa ladina marcada en su rostro.

No sé cómo pude pensar que este chico sería odioso o algo así. En este momento aprendí a no juzgar a las personas antes de conocerlas. Acá se hace presente ese dicho tan famoso: "No juzgues un libro por su portada".

Es cierto, no debemos hacerlo.

En el rato que llevamos conociéndonos me he dado cuenta que es muy amable, bastante buena onda. Honestamente si me agrada mucho, no tan sólo es lindo sino también una buena persona.

Raro encontrar a alguien con esas descripciones. 

—Te gané. —Pronuncia, llegando primero a la orilla que yo.

—No es justo. —Hago un puchero —, eso crees tú. —Añado un tanto retador.

—Cuéntame, ¿donde estudias? —Me pregunta, mientras estamos libres en la orilla.

Él se impulsa y se sale de la piscina sentándose así en la punta de la misma. Yo por mi parte permanezco dentro del agua, porque si no luego me agarra el frío afuera. 

Le dije el nombre de mi instituto y le pregunté el suyo, me respondió casi al instante.

Sorpresivamente estudia un tanto cerca de mi instituto, y nunca lo había visto antes, que cosas.

—De casualidad, ¿no conoces a una chica que se llama Alejandra? Debe estudiar en tu mismo grado.

—¿Alejandra? —Re-pronuncio, haciendo mente.

Me quedé pensando, luego recordé que el segundo nombre de Georgina es Alejandra. Puede que sea ella. 

—¿Georgina? —Respondo un tanto inseguro.

—Sí, ella misma. 

—Si la conozco, ¿por qué? —Me sobo la nuca, confundido.

—Ella fue mi novia —Se ríe.

¿Qué?

Georgina había tenido un novio tan lindo y yo no me había ni enterado.

—Ah, que sorpresa. El mundo es un pañuelo. —Respondo, acompañado por una sonrisa falsa.

Ya la hora había pasado, el entrenamiento de hoy culminó y ya nos estamos despidiendo. Él choca mi mano antes irse, dándome lo cinco.

—Búscame en Facebook. —Dice él ya yéndose.