Cap. 47

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-Kendall, mi vida...- le hablaba Martina, mientras desayunaban juntos- Ahora que estamos en esta situación -Sonrió guiñándole el ojo- ¿Te parece si voy contigo a la casa del bebe?

-Tini preciosa no, no lo creo. Es que no quiero que te topes con esa mujer tan irritante- respondió Kendall, ya habían pasado dos días, desde que empezó su plan con Martina, o Tini, como la llamaba cariñosamente él, cumplían muy bien el plan, día y noche, fojones como conejos. Por dentro él sabía que no podía olvidar a ____, su imagen lo nublaba sin poder dejarlo pensar en otra cosa. Aunque ahora tuviera con quien darse los acostones que él quería. Jamás iba a ser suficiente.

-Hablando de basura, ¿Has podido olvidarla?- le pregunto la chica, como leyendo sus pensamientos.

-Hay, claro, voy excelente con eso- respondió, de nuevo estaba mintiendo.

-No me aguanto para que anochezca, ¿Lo haremos de nuevo?- sonrió picara, y Kendall asentía muy feliz.

Se sentía muy solo, ahora más que nunca, antes vivía con su abuela, hasta que esta se mudó a New York City. Como anillo al dedo, oportunidad perfecta cuando los padres de Martina se fueron de viaje, dejándola sola, o más bien, ahora con Kendall, aprovecharía para disfrutar con él.

La jornada paso muy rápido en la universidad, había discutido como todos los días, con de la maestra de Medicina, se la había pasado pensando en ____, y ya estaba afuera de su casa, esperando el momento de verla de nuevo.

-Hay algo que me ha estado atormentando- dijo Pedrito a ____- ¿Qué pasa? ¿Qué onda con el besote que te planto aquel simio?- pregunto. Ella se mordió el labio inferior, recordándolo.

-¡Bien con lo simio!- carcajeo- Pero ya, enserio, no pasó nada- respondió fastidiada -Basta, por favor, yo no sé, hace dos días que no cruzo palabra con él, que no te importe ¡Y ya!

-No me importa- rio sin gracia- pero a él se le da mucho esto de los besos, y estoy seguro que cuando los piensa está muy desconcentrado, no avanza en el informe -Bufo molesto- Por cierto, ya casi viene, ¿Le abres por favor? Necesito buscar unos apuntes. Que me espere en la mesa

-Tú y tus apuntes - susurro fastidiada para ella misma.

Ahora ____ tenía ese nuevo dolor, que la hacían más débil de lo que ya era, que Kendall y ella no se hablaban. Pero ella lo seguía espiando desde lejos. Lo amaba mucho, y no tenerlo cerca le había dado como consecuencia una gran obsesión.

Escucho el timbre y ____ se dirigió a la puerta a abrirle, ahora que Kendall era sexualmente activo con otra, le remordía la conciencia, ver a la chica que en verdad amaba, y no hacerlo en verdad con ella, que era lo que el más deseaba.

-Buenas tardes- dijo el primero.

-Hola- Respondió ____ nerviosa. Ambos se miraron y sin decirse nada Kendall entro a su casa.

-¿Qué tal Martina?- pregunto ____, en verdad quería saber más sobre la zorra que estaba conquistando al amor de su vida.

-Bien, supongo- respondió Kendall con inseguridad.

-Mi hermano te espera en la mesa- paso delante de él sin hablarle, directo a su habitación.

-Ahora voy- suspiro él cansado.

Ese día Kendall estaba muy empeñado en su trabajo, ignorando a la mujer de su vida, en verdad no quería regresar a su casa, porque Martina le había prometido hacerle un espectáculo de stripper, y aunque le emocionaba la idea, no quería que ella se lo hiciera.

-¿Te pasa algo mejor amigo?- pregunto sarcástico Pedrito, milagrosamente interrumpiendo el trabajo. Era extraño que Kendall siguiera adelantando a esas horas de la noche, pero le daba pánico volver a casa.

-No mejor amigo- contesto sarcástico- En verdad no me pasa nada, solo que...- tardo un poco en encontrar la mentira perfecta- Estoy aprendiendo muchísimo de ti, y creo que adelantar hasta morir es muy bueno- siguió escribiendo.

-¡Hay aja! ¿Cuál dedo quieres que me chupe? - Dijo riendo el chico- Bueno, yo creo que debo parar, mi padre no ah de tardar, y es tarde, debo cenar para luego dormir, y tener la pesadilla de verte mañana- sonrió hipócrita al igual que Kendall. Pedrito empezó a recoger sus cosas, y se acercó sigilosamente a Kendall y susurro...

-¿Te gusta mi hermana?- El rubio no pudo evitar tensarse, era obvio que esa chica le encantaba, hasta soñaba perversiones con ella cada noche, pero debía olvidarla.

-Antes, tal vez, pero ahora no- hizo una mueca.

-¿Y por qué si no te gusta, le metías la lengua hasta la garganta?- seguía susurrando Pedrito -La besaste, y ella no me quiere responder el porqué, así que dímelo tú, si se gustan, ni modo, no podre oponerme, pero dime...

-No, no y no, no nos gustamos, deja de preguntar ¡Me volverás loco!- ahora Kendall empezó a recoger sus cosas.

-Es que hasta daba envidia ver como se besaban...- concluyo el pequeño y se fue. Kendall vio su celular y tenía muchas llamadas perdidas de Martina, y ya lo estaba hartando.

-¿Kendall? ¿Ya te vas?- esa dulce y melodiosa voz, inundo sus oídos, forzando una sonrisa en su rostro con solo escucharla.

-Sí, creo- cogió su mochila, guardo su celular, y se dirigía a la salida. Pero antes debía terminar y cerrar algo pendiente. Era él mejor inventando excusas.

-Oye ____- la llamo él antes de salir, ella asintió para que continuara- Necesito hablar contigo. ¿Me regalaría cinco minutos? Por favor- ____ volvió a asentir con sorpresa, jamás se imaginó que él volvería a buscarla. Kendall soltó su mochila, y ambos caminaron en silencio hasta los sillones de la sala.

-¿Estas bien?- le pregunto ____.

-No, no lo estoy, no soporto, no aguando más... perdóname, por favor- respondió Kendall tomando entre sus manos las pequeñas manos de ella- Soy horrible, perdóname por ofender a Pedrito, porque te emocione con un bebé y después se olvidó por Martina, perdóname por gritarte. No puedo más con esta culpa. ¿Me perdonas? ¿Por favor?

-Eres un bipolar- dijo ella riendo sin gracia- sin siquiera sentarse ella lo abrazo, cuando las lágrimas estaban a punto de salir de sus ojos- Sería muy tonta, y muy fácil, si te perdono ahora... pero intentare no odiarte tanto, es un gran avance a todo el odio que siento por ti.

-Te extraño- dijo Kendall en un suspiro- Jamás entenderé porque nunca me quisiste, ni me aceptaste, pero yo como un idiota si, y te necesito, de amiga, de novia, no me importa, solo necesito estar contigo- tomo su mentón.

____ sabía que no podía negar cada caricia que le ofrecían, y se dejaba totalmente en sus brazos. Sin pensarlo dos veces, ambos se empezaron a besar con desesperación, con pasión e intensidad, pero principalmente con amor. Aceleraron la pequeña muestra de amor, les faltaba aire, y no importaba. Kendall bajo de su boca a su cuello, oliendo y saboreando su olor delicioso y único, jugando con la cremallera trasera del vestido de ____.

Diez minutos y el apasionado beso no cesaba, los dos se amaban y deseaban, como a nadie. Pero esto ya tenía sus consecuencias.

Desde lejos Roger los observaba, a punto de hundirse él uno en el otro. El hombre ya había llegado a casa, y se encontró con esta escena, esta vez no golpearía a ____, la iba a matar, eso era seguro... ella no iba a ser feliz. Nunca.

El compañero de mi hermano (Kendall Schmidt y tú) Terminada √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora