Cap. 46

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-¿Quién es ella?- pregunto la tal Martina. Tenía un raro acento argentino.

-Es ____, la hermana del bebé- dijo Kendall apartándola. Mis ojos se empezaron a humedecer. Sus palabras me dolían -¿Qué haces aquí ____?

-Nada, vine a traer al bebé- dije con ironía- No puedo creer lo cínico que eres.

-Es que ese es el apodo de tu hermano, no es mi culpa...- dijo él, esta vez no se escaparía de mi furia.

-¡¿Sabes qué?! A mí, llámame como se te plazca la gana, pero con mi hermano no te metas ¡JAMÁS! Por qué no respondo, ni por ti, ni por tus zorritas- dije señalando a la mujer.

-Ken, creo que tú y esta salvaje deben... ustedes dos deben hablar- dijo Martina, y se fue corriendo. ¡Estúpida!

-¿Quieres calmarte? ¿Te enojaste porque nos besamos? ¡¿Eh?! Tu misma me dijiste que me alejara, que te olvidará, y estoy tratando de hacerlo, pero no me dejas. Si no me amas ¡Déjame vivir, besar y amar a quien se me venga en gana!

-Me duele lo que me dices- dije cubriendo mi cara- Ayer querías un hijo mío, y ahora estas amando a otra, no te entiendo. Me lastimas y me duele...

-A mí solo me interesa una, una sola, y esa me quiere ver podrido en el infierno- dijo acercándose peligrosamente a mí -Si no me quieres, deja de celarme... - dijo y unió nuestros labios en un beso intenso y apasionado, le seguí, nunca podía negarme a ellos. Lo besé enojada, y con desesperación, cualquier beso podría ser el último.

-¡No ____, él no!- la voz de mi hermano, hizo que nos separáramos, ahora sí estaba en problemas-Cásate hoy y ama a un mono, un león salvaje, un loco, un cretino, ¿Pero Kendall? ¿Es enserio?

-¿Quién más cretino que este?- dije señalando a Kendall- Hermano del alma, por favor... - suspire fuertemente, no sabía que iba a decirle, mire a Kendall, para que me ayudara y hablo.

-Yo la bese, pequeño Jones, no le eches la culpa, fui yo, no vayas a...- me miro triste- no digas nada ¿Ok? No volveré a hacerlo- me dio un beso en la mejilla y se fue. Me agache hasta su altura y lo mire seria.

-¿Desde cuándo te dicen bebé Pedrito? ¿Por qué no me habías dicho nada?- sus ojos se aguaron y miro a otra dirección.

-No sé, no le digas a mi padre, si se entera me cambiara de universidad y esta es muy importante en todo el país, no se lo dirás ¿verdad?

-No, lo hare, con la condición que no le digas que Kendall me beso.

-Hecho- sonrió, en el camino iba aún muy enojada con Kendall, porque simplemente me enojaba su comportamiento infantil. Ojala y pueda olvidarlo, aunque cada día me sea más difícil...

***

Dos semanas después...

Pobre ____, jamás pensó estar tan enamorada de ese chico, se propuso a olvidarlo, pero simplemente no pudo hacerlo, la soledad se le hacía cada vez más insoportable, y los días viviendo con el asesino, más largos, James no le había vuelto a llamar. Y trato de ignorar a Kendall, sabía que mientras más veía sus ojos, más enamorada estaría de él. Y sobre la propuesta de Harvard, sobre el examen que hizo, no volvió a tener noticias.

Kendall, se sentía solo, y extrañaba a su ____, siempre soñaba la vez que la hizo totalmente suya, se besaba la mano, imaginando que era la boca de su amada, estaba loco por ella. Y Martina, su relación con ella, era más constante, aparte de que eran compañeros de universidad, eran vecinos, y amigos con derechos. Pero a Kendall no le importaba nadie más que ____ Jones.

-¿Segura que estarás bien querida? - dijo la madre de Martina despidiéndose de su hija.

-Claro mamá, estaré con Kendall- abrazo al muchacho, quien le respondió cariñosamente.

-Kendall, cariño, salúdame a tus padres, cuando estemos de regreso haremos una fiesta de vecinos- sonrió la madre de Martina.

-Que les vaya bien en su viaje, Martina y yo estaremos muy bien, sé que hacen un viaje largo, y ella no puede quedarse sola, nos haremos compañía- dijo Kendall.

-¡Los amo!- dijo despidiéndose la chica.

-¡Te amamos cariño!-dijeron ambos padres al unísono y partieron en su camioneta.

-¡Al fin solos!- dijo Martina besando a Kendall en el cuello- Que bueno que eres mi vecino, no estaré sola, ya que mis padres no volverán en un buen rato- sonrió picara Martina.

-Solo serán unos meses- respondió Kendall. Ambos entraron a la casa, desde que Kendall había salido de la casa de ____, se sentía mal, las ganas de besarla la invadían, quería estar con ella, el resto de su vida, pero tendría que hacerse la idea de que ella no lo amaba.

-¿En qué piensas?- le dijo Martina entrando en su amplia habitación.

-Estoy enamorado Martina- Bufo él, Martina se sentó en sus piernas y lo miro fijamente a los ojos.

-¿De ella? ¿No es así? ¿De ____?- él asintió levemente, esta vez aprovecharía la oportunidad- ¿Tú me quieres Kendall?- pregunto, y él en verdad no tenía respuesta.

-No lo sé, sí pero...

-Como amiga- concluyo ella, y el asintió levemente -¿Qué vas a hacer?

-Necesito olvidarla, sacarla de mi cabeza de una vez, y tú- la señalo- vas a ayudarme... - sonrió.

-¿Cómo?- sonrió pícaramente ella.

-Voy a preguntarte antes de hacerlo...- respiro profundamente, de nuevo estaba tomando las cosas demasiado rápido- Necesito enamorarme de alguien... ¿Vas a ayudarme?

-Claro que sí, si sabes que tú eres mi vida, y ahorita mismo, empezaremos con el plan- dijo Martina, y ambos se empezaron a besar con desesperación. Kendall se sentía despechado, y quería olvidarla, y esta era su peor elección.

-¿Eres virgen?- le pregunto a la chica, ella negó con la cabeza, y él ahora supo cómo debía tratarla, fue una noche de pasión, lujuria, y sexo, pero eso no lo llenaba, como aquella vez que lo hizo en un auto con una chica especial. La diferencia es que a Martina no la amaba, solo quería olvidarse un rato de ____.

Por supuesto en la mañana estaba tan cansado que no quería asistir a la universidad, era jueves, y no tenía ganas de ver de nuevo a ____, por que caería rendido a sus pies. Arruinando el plan "enamorarse perdidamente de otra"

-Amor- lo llamo Martina - ¿Kendall?

-¿Mmm?- respondió él. Aun con los ojos cerrados.

-¡Me encantas hombre!-suspiro cansada, mientras acomodaba su cuerpo con el de Kendall - Oye, ¿Nos bañamos juntos?- él abrió sus ojos, y se negó. Se levantó rápidamente y se ducho él solo, Martina le gustaba, era muy delgada, y frágil, pero plana, de atrás y de adelante, no como su ___, que aquella vez, sintió estar acostándose con una diosa.

-¿Estas molesto conmigo?- volvió a preguntar Martina mientras salían de la mansión a Harvard.

-No, jamás lo estaría, y menos contigo hermosa- sonrió- Quiero que repitamos esto, una y otra vez- beso su boca- Miles de veces, hasta olvidarme de la hermana de ese mocoso infeliz- dijo besando el cuello de Martina. Hasta sus propias palabras le dolían.

El compañero de mi hermano (Kendall Schmidt y tú) Terminada √Where stories live. Discover now