Capítulo 20: Una vida por otra

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Nota de la autora: No se priven de comentar en este capítulo, por favor. Sobre todo porque sé cuánto esperaron por él.

Adoro leer sus comentarios y teorías locas. No me decepcionen ;)

Pd: Capítulo largo (sobre las 5300 palabras), pero no quise partirlo por la mitad y dejarlas en vilo. Además, añadí una cosita al final.


***


El silbido que produjo la cuchilla heló la sangre de Bakugō... sintiéndola escarcharse en sus venas en contraste con el calor generado por sus músculos adoloridos. Sus párpados finalmente cedieron ante las fuerzas que se le escapaban con cada áspero aliento exhalado, sin preocuparse por la bruma que se apoderó de su visión y que se convirtió en un negruzco nubarrón frente a sus ojos... como si todo se apagase a su alrededor.

Dejó de sentir la calidez que emanabas cuando Midoriya te apartó de su lado para incorporarte y zarandearte por los hombros. Con su audición fallándole y siendo incapaz de escuchar otra cosa que no fuera un pitido constante y monótono en sus tímpanos, el lobo no pudo distinguir las palabras que salieron de la boca del leñador en un tropel rápido e inteligible para él.

Pero ya nada podía hacer... y, sin embargo, al menos le quedó el consuelo de que estabas a salvo antes de que todo se volviera negro.

El líquido seguía fluyendo sin limitaciones por el prado, nutriendo la tierra y manchándola con tonos del color del ocaso. La cáscara había cedido ante el peso y filo del metal, partiéndose en dos mitades irregulares y con el jugo salpicando la hierba a su alrededor. El mango del arma continuaba erguido hacia el cielo, despuntando como un mástil o una bandera hincada tras quedarse apostada en el cuerpo blando de la calabaza donde el leñador había dejado caer el hacha sin importarle la verdura plantada en la huerta.

—Tranquilízate, (Nombre)-chan —Midoriya te rogaba con urgencia a pesar de estar ocultando sus propios nervios tras una falsa máscara de serenidad— Respira hondo y mírame.

Al notar que Bakugō perdía la consciencia un ataque de pánico te embargó, abrazando al enorme lobo mientras las lágrimas de angustia quebraban tu entereza. Estabas al borde del llanto, del absoluto colapso cuando el mundo se vino encima de tu espalda con la llegada de los lobos, la aparición repentina de Midoriya y del rubio ceniza, el rechazo y huida de tu madre y finalmente cuando Bakugō caía rendido ante la fatiga sin poder luchar contra las debilidades producidas por la intensa batalla. Creíste que podrías soportarlo, que aguantarías el tiempo suficiente para mantener la compostura y no ceder ante tus propios miedos... pero tus rodillas flaquearon y tu estómago se convulsionó con tal violencia que unas ligeras arcadas te obligaron a apretar tus labios y tragar saliva con dureza.

Viendo el estado en el que te encontrabas después de permanecer impasible a los acontecimientos para ser fuerte para tu madre cuando estabas terriblemente asustada —seguramente creado de algún impulso interno que surgió dentro de ti— ... Justo ahora, esas desagradables sensaciones se amplificaron hasta que tu rostro palideció y tus manos comenzaron a temblar, hipando casi en un sollozo imposible de contener.

Sin embargo, hiciste caso a la petición de Midoriya y miraste directamente a sus esperanzadoras esmeraldas y con lentitud —paso a paso con cada respiración controlada— te calmaste lo suficiente como para no dejarte llevar por las emociones.

—Izuku, por favor... Ayúdame a llevarme a Katsuki lejos de aquí —te agarraste a los bíceps del peliverde, rogando porque no se marchara cuando él echó un vistazo a vuestro alrededor— Si le pasara algo... Si él mu-

My little red temptation (+18) [Katsuki Bakugou x lectora]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz