Capítulo 16: Dulce néctar

42.3K 2.1K 2K
                                    

Las viejas costumbres nunca desaparecían. Ni siquiera al más notable cambio en la vida de una joven doncella de campo que solamente tenía que preocuparse de los quehaceres de la casa, ir al mercado del pueblo, recolectar las verduras de la huerta e ir a visitar eventualmente a la anciana curandera que vivía en la montaña para llevarle frutas y dulces manjares como la miel.

La llegada de Bakugō en tu vida no rompió tus esquemas rutinarios, más bien lograste adaptarlos conforme más tiempo pasabais juntos. En muchas ocasiones él simplemente te acompañaba por el bosque y conversabais hasta que llegabas a tu destino, pues quería asegurarse de que estuvieras a salvo mientras él patrullaba por su territorio.

Aquellas pequeñas escapadas y merendolas entre la arbolada eran la imagen idílica de una pareja enamorada, solo que Bakugō raramente caminaba sobre dos piernas y sostenía tu mano. Resultaba más imponente y feroz escoltarte en su forma lobuna, agudizando el oído y centrando su visión al más leve movimiento entre los arbustos. Además, de aquel modo, podía excusar el balanceo feliz de su cola cuando la agitaba hacia los lados al recibir una de tus amorosas caricias.

Sin embargo, esa vez el rubio ceniza acudió al claro donde le esperabas en su forma humana, con ropajes distintos que te hicieron mirarle dos veces para asimilar su nuevo atuendo.

—¿Qué? — te gruñó, extrañado por tu revisión y por la sonrisa en tus labios.

—Te ves bien, Katsuki — le elogiaste como saludo mientras él se acercaba y tomaba asiento a tu lado, palmeando con su mano la cobija que os aislaba del suelo. Solías llevarla dentro de tu cesta para poder sentaros sobre la hierba cómodamente, como si hicierais un merienda campera secreta en medio del bosque.

El rubio ceniza se rascó la nuca conforme miraba su camisa con desgana, sin importarle demasiado cómo le quedaba. Generalmente andaba desnudo y transformado en su forma lobuna, así que su guardarropa era más bien escaso y usaba las prendas en raros momentos en los que la comunidad lobuna se reunía. Por ese motivo, Bakugō no se molestó en cambiarse de ropa o acudir a tu encuentro como lobo, pues tenía algo importante de lo que hablar contigo.

No obstante, esperó un poco. Viéndote curiosear la textura de su chaqueta y su camisa, sabiendo que la tela era más bien recia y algo tosca. La camisa había perdido su blancor, incluso algunos botones en la parte superior que abotonaban su pecho y su cuello, pero al menos estaba vestido y presentable. Le importaba un carajo que tal vez su chaqueta grisácea no combinara con los pantalones marrones con las tobilleras desgastadas y remangadas, pero tú parecías verle bien de cualquier manera. Incluso cuando era un maldito desastre.

—Te traje algunas verduras de temporada, Katsuki — hablaste, empujando el canasto hacia él y levantando la tapa de mimbre — ¿Son suficientes o quieres que te traiga más el próximo día? Tengo que ver a la anciana en dos días, quizás pueda traerte más o...

Te detuviste al notar que él no parecía estar escuchándote. Solo miraba fijamente los pimientos rojos y frescos, teniendo otros recuerdos en mente que lo alejaron por unos momentos de la realidad actual.

—¿Katsuki? — le llamaste dubitativa, alzando tu mano para acariciar su mejilla.

Ante tu toque suave, el rubio ceniza parpadeó, saliendo de su ensoñación para atrapar tu mano bajo la suya y centrar sus ojos rasgados en ti.

—Prométeme que estarás alerta y te cuidarás, (Nombre).

Te quedaste un poco desconcertada por su petición y esa emoción se vio reflejada en tus facciones con un leve fruncimiento de tus cejas. Bakugō estaba demasiado serio, apretando incluso la mandíbula cuando la notaste tensarse contra tu palma abierta. El brillo de la genuina preocupación resplandecía en el rojo de sus ojos, así que un sentimiento de congoja se apoderó de tu pecho, estrujando tu corazón.

My little red temptation (+18) [Katsuki Bakugou x lectora]Where stories live. Discover now