CAPÍTULO 33

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Luego de invitarlos fuimos a un parque a esperarlos, nos quedamos charlando durante una hora hasta que llego el primer invitado: Ramiro, y así pasé de charlar con mi mejor amiga a verla besando a su novio.

Estaba siendo un mal tercio, también conocido como modo planta o modo florero, hay demasiadas formas para llamar a la situación en la que simplemente estás con una pareja de novios y quedas relegado a segundo plano.

Fueron pasando unos cuantos minutos que se me hicieron eternos. Ellos no me prestaban atención para nada, y yo sólo estaba viendo a la gente disfrutando del día hasta que por fin llegó mi invitado, que venía corriendo.

— Hola Abril, hola chicos —nos saluda medio agitado por la corrida pero parece contento. Ni Emily ni Ramiro le contestaron el saludo porque estaban en su burbuja sin enterarse de nada de lo que pasaba alrededor—. Perdón que me retrasé tuve un problema en casa —dice dirigiéndose a mí.

— No hay problema, fue culpa mía que te invite sin mucha anticipación —le digo medio apenada.

Él alarga su mano, me acaricia la cara, y me dice: De hecho me encanto que me invitarás, no podía esperar para verte y todavía falta mucho para las vacaciones.

— No seas tonto sólo falta una semana —le digo sonrojada y le sonrió.

Justo en ese momento Emily se da cuenta que Fabri había llegado y nos interrumpe.

— Mira Rama al par de tortolos —le dice a Ramiro.

— Asi que vos sos el que dejo a mi amigo sin su chica —le dice serio, y yo ya decido que me cae mal.

— No entiendo, ¿qué chico? —me pregunta Fabri a mí.

— No le hagas caso es un tema largo, pero ya te lo contaré —le hago una seña a Emily para que cuide de lo que dice su novio sino quiere que me enoje—. Pero decime, ¿cuál fue el problema que tuviste en tu casa? Bueno si me puedes contar, no te sientas obligado —agrego porque sonó como si fuera una orden.

— Es que los lunes y miércoles me toca a mí retirar a mis hermanos del jardín porque mis papás trabajan hasta tarde, pero vos justo me invitaste y llame a mi papá para avisarle que no podía ir, y le pedí si aunque sea por esta vez podía ir él, él sabe de lo nuestro, bueno ehhh de que te estoy conociendo y eso —me dice en voz baja y sus mejillas se tiñen de color rojo pero yo le sonrió para que siga—. Y bueno él quiso hacerme el favor de ir a buscarlos él, pero lo llamó una mujer solicitando una cita urgente para su hijo, y mi papá tuvo que aceptar, porque era realmente necesario para ese niño.

— ¿Y entonces quién va a ir a buscarlos? —pregunto preocupada, no quiero que los nenes me odien por quitarles a su hermano.

— Bueno yo pensé que... bueno... que tal vez quieras acompañarme a buscarlos —me dice y se pone aún más rojo, no sabía que eso era biológicamente posible pero me da ternura y acepto su proposición.

— Si, no hay problema, ¿a qué hora los tenemos que ir a retirar? —él sonríe y se relaja un poco porque acepté.

— Bueno en realidad tendríamos que estar ya en camino porque salen dentro de media hora —dice tras ver la hora en su celular.

Okey, nunca pensé que en tan poco tiempo iba a conocer a una parte de su familia, y justo yo que no tengo tanta buena onda con los nenes. Miró a Emily pidiéndole ayuda con la mirada, ella estuvo atenta a cada palabra que dijo Fabri, pero se niega a acompañarnos.

— Ay no, a mí no me miren porque no me llevo con los nenes pequeños, a parte Ramiro me acaba de invitar a ir al cine, y la película está a punto de comenzar. ¡Chau chau chau nos tenemos que ir! —arrastra a Ramiro de la manga de su campera y los veo alejarse.

Éramos un par de farsantes Where stories live. Discover now