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Kaia


—¿En verdad piensas que me vencerás con una simple pistola? —habló el tipo.

—En eso estás equivocado. —respondí. —Esto no es una simple pistola.

Apunté directamente a su pecho con llamas del mismo polo y elevé la carga de flamas para que fuera una entrada grandiosa.

—Muere. —le dije.

Disparé. Fue tan rápido que ni siquiera lo vi. No tuvo tiempo de esquivarlo.

Impactó y la fuerza de repulsión fue tan poderosa que se estrelló contra la montaña y le cayeron algunas piedras.

Se levantó de inmediato. Está enojado. Sus llamas están mucho más agitadas que antes.

—¡Maldita niña! —gritó.

Debido a que los escombros estaban repletos de llamas, empezó a lanzar las piedras hacia mí. Tenía que enfocarme en destruir esos proyectiles porque mis llamas también atraen esas cosas. Algunas venían muy rápido y lograron golpearme, pero traté de librarme y empecé a disparar al aire con objetivo en la montaña. Mi idea consistía en acaparar muchos escombros y hacer mis llamas tan potentes que opaquen por completo a las suyas.

Si eres un imán perfecto, entonces creo que esta la única forma de hacerlo.

Continué esquivando sus golpes hasta que mi ataque final estuvo listo. Finalmente, saqué un cuchillo y lo cargué con el polo opuesto para que atrajera a los escombros. Lo lancé directamente a su dirección y le cayó en la pierna.

—Fallaste. —me dijo mientras se lo sacaba.

—No lo creo. —respondí.

La avalancha de piedras y troncos lo enterró en su sitio.

Fui hacia él y atraje su anillo Mare hacia mí.

Regresé con Vicenzo.

—Parece que terminamos aquí. —dije sonriendo.

—Dices eso cuando te chorrea sangre por la cara. —empezó a reír.

Me limpié con mi manga. No me había dado cuenta que me cortó un poco en la frente.

—¿Qué hacemos ahora? —pregunté.

—Le conté a Reborn de la situación. —me dijo. —Ahora están metidos en un lío del otro lado del bosque. Ve a ayudarlos.

Recordé que traía el audífono en el bolsillo. Me lo coloqué en la oreja.

—¿Qué hay de ti? —pregunté.

Tiene heridas considerablemente graves debido a que la primera mitad la manejó sin ayuda.

—No te preocupes. —respondió. —El Caballo vendrá a apoyarme luego.

—¿Dino?

—Está en la escuela Namimori junto al guardián de la Nube. —me dijo. —Ese niño también le acaba de ganar a una Corona Fúnebre.

Tratándose de Hibari, creo que es completamente posible.

—Entonces, me voy primero. —le dije.

Empecé a correr según las indicaciones de Reborn a través del audífono. El bosque de Namimori no está tan lejos, pero el camino está lleno de pendientes.

Mirko volvió a su forma común y me guiaba desde arriba. Sin embargo, al poco tiempo de correr, vi a un erizo volando por los cielos junto a mi águila. Ese es...

Assassin [Katekyo Hitman Reborn]Where stories live. Discover now